Martes, 9 de agosto de 2016 | Hoy
EL MUNDO › EN PAKISTáN, UN HOMBRE DETONó OCHO KILOS DE EXPLOSIVOS EN LA ENTRADA DE EMERGENCIAS DE UN HOSPITAL
El ataque se produjo poco después de la llegada a ese hospital del cadáver del presidente de la Asociación de Abogados, asesinado a tiros por la mañana. Entre los setenta muertos hubo muchos abogados y periodistas que cubrían la información.
Al menos 70 personas murieron y más de 100 resultaron heridas en Pakistán en un ataque suicida contra un hospital de la ciudad de Quetta. En un atentado reivindicado tanto por los taliban como por el Estado Islámico (EI), un hombre detonó ocho kilos de explosivos en la entrada de emergencias del centro de salud, adonde poco antes había llegado el cuerpo del presidente de la Asociación de Abogados de Baluchistán, Bilal Anwar Kasi, asesinado de varios disparos por la mañana. El secretario de Interior paquistaní, Baligh ur Rehman, informó en el Parlamento nacional, en Islamabad, que 69 personas murieron y 108 resultaron heridas en el ataque, sin contar al autor del ataque. Cerca de 600 abogados y periodistas fueron al centro médico tras conocerse la noticia de la muerte de Kasi, explicó el portavoz del Hospital Civil, Abdul Rehman.
Entre los muertos estaban un periodista de la televisión Aaj y un camarógrafo del canal Dawn que acudieron al lugar para cubrir la noticia de la muerte de Kasi. Las televisoras paquistaníes mostraron imágenes de heridos vestidos con trajes negros de luto, el suelo salpicado de sangre y el centro médico envuelto en el caos. El jefe de gobierno de Baluchistán, Sanaullah Zehri, declaró al canal de televisión Geo que se trató de un ataque suicida planeado. “Sabían que dispararían al abogado y que otros abogados irían al hospital. El suicida hizo explotar las bombas que portaba cuando los abogados fueron al hospital”, señaló Zehri.
El político indicó que se desconocía quién estuvo detrás del ataque y subrayó que los grupos insurgentes se centran en “objetivos blandos”. El grupo talibán Jamaat ul Ahrar, escisión de los taliban de Pakistán, principal formación insurgente del país, reivindicó tanto el crimen del abogado como el atentado que, según dijo, fueron cometidos por uno de sus muyahidines, o combatientes islámicos.
“Esta mañana un muyahidín mató al presidente de la Asociación de Abogados de Baluchistán y después mató a muchos abogados y funcionarios que protestaban por su muerte”, afirmó, en un correo electrónico enviado a los medios, la organización, responsable de un ataque en un parque de la ciudad oriental de Lahore que causó 73 muertos en marzo pasado. Aunque Jamaat ul Ahrar no indicó el motivo de los ataques, amenazó con nuevos atentados.
Horas más tarde de que los taliban paquistaníes reconocieran su autoría en el ataque, el EI, grupo islamista que controla extensos territorios en Siria e Irak, se atribuyó el atentado al hospital en Pakistán. En un comunicado publicado en internet, la agencia Amaq, vinculada con los jihadistas, informó que un suicida del EI detonó su cinturón de explosivos, en medio de personal del Ministerio de Justicia y de la policía paquistaní en la ciudad de Quetta.
Tras la explosión, las autoridades declararon el estado de emergencia en todos los hospitales de Quetta. Un escuadrón antiexplosivos explicó que el atentado fue obra de un suicida, que, estimaron los expertos, escondía los explosivos en su chaqueta. Su cabeza y sus pies se encontraron en el tejado de una casa, informó el ministro de Salud.
El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, condenó el ataque y se comprometió a extirpar del país a los grupos terroristas. El gobierno local de Baluchistán anunció un duelo de tres días, durante el cual las banderas estarán a media asta en toda la provincia.
Los abogados de Baluchistán y del puerto de Karachi no trabajaron ayer, y la asociación nacional condenó el atentado, además de sumarse al duelo de tres días. El presidente paquistaní, Mamnoon Hussain, repudió en duros términos el atentado.
En un comunicado emitido por su oficina en Nueva York, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, criticó el ataque en Quetta, al que calificó de abominable, y ofreció su solidaridad al pueblo de Pakistán, mientras el Departamento de Estado norteamericano condenó el atentado “en los términos más rotundos posibles”. Baluchistán es la provincia más grande de Pakistán; rica en minerales, es también de las más inseguras.
A pesar de las fuertes ofensivas militares, allí permanecen activos varios grupos insurgentes, entre ellos extremistas sunitas que atacan de forma regular a los chiítas, pero también taliban que dirigen sus fuerzas sobre todo contra el Estado pakistaní. A su vez, los separatistas quieren una escisión de Pakistán o más autonomía financiera y política. El último ataque de importancia se produjo hace más de cuatro meses, cuando un grupo talibán mató a más de 70 personas en un parque de Lahore, entre ellos decenas de niños.
Tras un atentado talibán contra una escuela del ejército en diciembre de 2014, que causó la muerte de 132 escolares, el número de agresiones disminuyó desde principios de 2015 por la fuerte actuación de las fuerzas armadas contra esos grupos, pero otros organizaciones continúan sin verse afectadas.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.