El Partido Popular (PP) retoma hoy la negociación con Ciudadanos para formar gobierno. El escenario de esta semana en España está marcado por el temor a una nueva elección y una estrategia de presión de ambas fuerzas para que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) los apoye. Conservadores y liberales tienen poco más de una semana para firmar un acuerdo de investidura, antes de que el 30 de agosto comience el debate parlamentario en el que el jefe del Ejecutivo español en funciones, Mariano Rajoy, busca renovar su mandato y formar gobierno.

Luego de la primera reunión del viernes, PP y Ciudadanos continuaron los contactos informales y el intercambio de documentos de cara a la segunda reunión de hoy, que se centrará en temas como la economía y el empleo. Mientras los representantes de ambos partidos negocian, sus dirigentes se centran en desplazar la presión sobre el PSOE –líder de la oposición–, al que exigen el apoyo parlamentario necesario que les hace falta para que Rajoy supere su investidura.

Para ser investido, el referente del PP precisa, en primera votación y en una Cámara formada por 350 diputados, hacerse de una mayoría absoluta (176 votos a favor), mientras que en una segunda vuelta sólo necesita cosechar más apoyos que rechazos. Si los populares alcanzan un acuerdo tras las negociaciones de esta semana –algo bastante previsible–, sumarían 169 votos a favor. Todavía faltarían siete votos en primera votación, pero serían suficientes en segunda ronda si alguna otra formación se abstuviera.

Rajoy pidió el sábado a los socialistas sentido común porque España no aguanta más la falta de Ejecutivo y califico la situación como absurda.

Un alto dirigente de Ciudadanos, Carlos Carrizosa, se dirigió al líder socialista, Pedro Sánchez, para pedirle que haga un sacrificio, y aunque no le guste Rajoy, facilite su investidura y lo vote “con la nariz tapada”.