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Con mensajes y comunicados acompañados por fotos, los organismos de derechos humanos se solidarizaron con Dilma Rousseff y repudiaron su destitución de la presidencia de Brasil. “Implica un nuevo retroceso para las democracias de la región con consecuencias negativas para los derechos humanos del pueblo brasileño”, denunció el Centro de Estudios Legales y Sociales en un comunicado.

Desde su cuenta oficial de Twitter, Abuelas de Plaza de Mayo le dedicó un “abrazo” a Rousseff “y a todo el pueblo brasileño”, mensaje que acompañó con una fotografía de un encuentro entre la presidenta de ese organismo, Estela de Carlotto, y la presidenta carioca destituida. La agrupación HIJOS (Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) también abrazó a la distancia a la exmandataria y al pueblo del país vecino “ante este ataque a nuestra Patria Grande”. Amy Rice Cabrera, una militante de la agrupación, relacionó el hecho con la Marcha Federal, de la que las organizaciones defensoras de los derechos humanos participarán mañana: “En esta semana de lucha y marcha federal también marcho porque no vamos a renunciar al sueño de la Patria Grande”, afirmó.

Memoria Abierta dijo que la conclusión del impeachment brasileño es “un golpe contra a democracia” de América Latina.

El CELS señaló que cuando el Congreso brasileño comenzó a debatir la responsabilidad de Rousseff en maniobras de corrupción “quedó en evidencia que los argumentos de los legisladores no tenían relación con el motivo formal de su suspensión en el cargo y el inicio del juicio político”. El organismo de derechos humanos advirtió que “desarrollar un proceso que condujo a la destitución de una presidenta democráticamente electa sobre bases tan frágiles es un hecho gravísimo”. Lo calificó de “golpe institucional” y señaló que, junto a los de Honduras, en 2009, y Paraguay, en 2012, “marca otro revés en América Latina”. Además, el CELS afirmó que durante los tres meses en los que reemplazó a Rousseff Temer “puso en marcha medidas que afectan negativamente la garantía de derechos conquistados en las últimas décadas”. “Con la decisión de destituir a Rousseff, el Senado consagró hoy un proyecto político y económico que no fue electo por el voto popular”, sentenció.