Alemania continuaba ayer en estado de máxima alerta mientras las fuerzas de seguridad buscaban a Jaber Albakr, joven refugiado sirio en cuyo domicilio se encontraron el sábado explosivos para cometer supuestamente un atentado. A pesar de la pesquisa para capturarlo, que incluyó el aumento de controles en aeropuertos y estaciones de trenes, las autoridades no habían podido dar, al cierre de esta edición, con el paradero de Albakr, un hombre de 22 años señalado por su complicidad en la preparación de un atentado, indicó un vocero de la policía de Chemnitz. Según el semanario Der Spiegel, el sospechoso llegó el 18 de febrero de 2016 a Alemania por Baviera, y dos semanas después solicitó asilo con un pasaporte sirio con la identificación N009801845, petición que fue concedida a mediados de junio.

La policía informó que puso en libertad a dos de las tres personas arrestadas el sábado e indicó que al último, inquilino de la vivienda en la que residía Albakr, se le dictará prisión preventiva, como pidió la Fiscalía Estatal de Dresde. Además, la policía continuó ayer registrando viviendas en Chemnitz, localidad del este de Alemania, donde residía el sospechoso. No obstante, el foco de la investigación está puesto en dar con el paradero de Albakr, el sirio nacido en las afueras de Damasco que logró escapar de los agentes de las fuerzas especiales que llegaron a disparar un tiro de advertencia al aire para que se detuviese, pero que optaron por desistir del arresto ante la posibilidad de que el sospechoso llevase explosivos y los hiciese estallar en una zona densamente poblada.

La Oficina de lo Criminal (LKA) de Sajonia defendió esa forma de proceder. La Fiscalía federal aseguró que trabaja en la hipótesis de un intento de atentado “con motivación islamista”, como apuntaron varios medios alemanes. El diario Bild explicó citando fuentes de la investigación que el tipo de explosivo hallado en la casa del joven sirio refuerza esa conjetura, porque es peróxido de acetona (TATP), fórmula empleada por el grupo terrorista Estado Islámico (EI) en atentados como los de París y Bruselas, por lo que es probable que el sospechoso fuese formado en sus filas. Según Bild, la policía incautó un kilogramo de TATP en la vivienda del presunto terrorista, y la LKA de Sajonia reconoció que hasta el momento se hallaron “varios centenares de gramos” de material no especificado pero “altamente explosivo”.