EL MUNDO › VLADIMIR PUTIN ARRASO EN LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES DE AYER
Coronan al Zar de Todas las Rusias
Vladimir Putin, ex jefe de la KGB, fue reconfirmado ayer como presidente ruso en unas elecciones casi sin oposición.
Por Patrick Cockburn *
Desde Moscú
Vladimir Putin fue reelecto ayer como presidente de Rusia por otros cuatro años en los comicios en los que enfrentó a candidatos de la oposición de los que el electorado jamás escuchó hablar. “Voto por Putin porque no sé los nombres de los otros”, dijo Ludmila Alexeyevna mientras entraba a un puesto de votos en las afueras de Moscú. La única sombra de duda en estas elecciones, en la que la televisión rusa dio una amplia cobertura de las actividades de Putin e ignoró olímpicamente a sus oponentes, era si el resultado pasaría los 54,5 millones. Si votaban menos del 50 por ciento de los 109 votantes registrados, entonces la elección iba a tener que ir a una segunda vuelta, pero el resultado excedió lo que se esperaba: votó un 64 por ciento del padrón electoral. Putin se alzó con más del 70 por ciento de los votos, seguido de los comunistas con un 14 y los nacionalistas independientes y los liberales en tercer y cuarto lugar, respectivamente.
A la tarde, en Moscú, el jefe de la Comisión Central Electoral, Alexander Veshnyakov, anunció que el número mágico había sido superado. Más temprano, mientras votaba, el propio Putin dijo que “los votantes tienen que entender el grado de su responsabilidad cuando hacen su elección... Mucho depende de los comicios”. Pocos rusos pensaron que se les dieron alternativas, incluso si querían ejercitarlas. La cara de Putin era una de las siete que aparecieron en un afiche oficial en todas los puestos de votos (una de éstas fue tachada a mano luego de que el candidato en cuestión se bajara de la carrera electoral, durante un supuesto secuestro). Pero sus oponentes incluyeron a Sergei Mironov, el presidente de la Cámara alta del Parlamento, que actualmente apoya a Putin. Otro candidato fue Oleg Malyshkin, ex boxeador y guardaespalda del ultranacionalista Vladimir Zhironovsky, que se negó a presentarse en estos comicios.
Irina Khakamada, una liberal independiente, y Sergei Glazyev, un nacionalista independiente, fueron excluidos de los salones que habían alquilado para sus actos proselitistas. Entretanto, por primera vez, los comunistas, el partido opositor más importante, se negaron a poner a su líder principal como candidato. El Kremlin presionó intensamente a los dirigentes locales para que se apartaran de la votación. Los partidos de la oposición aseguraron que a los paramédicos de las ambulancias se les prohibió levantar pacientes a menos que éstos pudieran probar que habían votado.
A Putin lo iban a elegir porque ofreció estabilidad y una alta calidad de vida para los rusos, luego de las crisis de los ‘90. Pero la caza de todos los oponentes –incluso los más débiles– del Kremlin demuestra su sensibilidad a las críticas y su intolerancia a los obstáculos del control central. Si cae el precio del petróleo, el principal sostén de los rusos, y la calidad de vida de su población se derrumba, entonces la popularidad de Putin podría tambalear. Por el momento, uno de sus puntos fuertes es que sus opositores comunistas están demasiado desacreditados para la mayoría de los votantes por su gestión al frente de la Unión Soviética. Los liberales están desacreditados por sus acciones en los ‘90, luego de la caída del comunismo. Los críticos occidentales apoyaron el descascaramiento del Parlamento en 1993 y a Yeltsin, durante las elecciones fraudulentas de 1996.
En un puesto de votos, en una escuela de Prospect Mira, en el centro de Moscú, el proceso electoral fue muy activo en la mañana. Antes de mostrar sus documentos de identidad a los funcionarios, los votantes tuvieron que esquivar grandes pozos de nieve derretida en un día extrañamente cálido. Sus nombres fueron tachados de los padrones y luego firmaron en dos lugares. No todos los votantes están contentos con Putin. “El fue el resultado artificial de una campaña de relaciones públicas cuando Yeltsin quería renunciar a la presidencia, en 1999”, dijo María, editora de una revista de comercio. “Estoy preocupada por su historia de la KGB, las explosiones en Moscú en esa época y la guerra en Chechenia.” Agregó que le gustaría conocer el programa de Putin y se pregunta por qué no debatió con los otros candidatos.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Milagros Belgrano.