EL MUNDO › CONFIRMAN EN TAIWAN LA VICTORIA INDEPENDENTISTA
Triángulo de odio en el Oriente
Fue un golpe para China, un acto de fanfarronería para Taiwan y un motivo de embarazo para Estados Unidos. El presidente taiwanés, Chen Shui-bian, fue declarado ayer oficialmente vencedor de las disputadas elecciones del sábado pasado, en una decisión que desató violentas protestas y la advertencia de China de que no se mantendrá al margen si la crisis hunde a la isla en el desorden. Estados Unidos felicitó al presidente de Taiwan por su reelección, aunque el resultado final del recuento de votos enfrenta un proceso judicial. Cientos de opositores al gobierno se enfrentaron hoy con la policía cuando intentaron irrumpir en el edificio de la Comisión Electoral Central antes de que ésta confirmara el triunfo de Chen por un margen de apenas 29.000 votos (0,22 por ciento).
La reelección de Chen, del independentista Partido Demócrata Progresista (PDP), supuso un duro golpe para China, que cree que usará su segundo mandato para declarar la independencia formal de la isla, a la que Pekín considera una provincia china “rebelde”. En su reacción más concreta tras seis días de protestas opositoras en Taiwan y de desplome de los mercados financieros regionales, China dijo ayer que sigue la crisis con atención. “No permaneceremos indiferentes si la situación poselectoral en Taiwan se sale de control y causa disturbios sociales, pone en peligro la vida y la propiedad de compatriotas taiwaneses y afecta la estabilidad en los estrechos de Taiwan”, señaló un vocero de la Oficina para las Relaciones con Taiwan. Taipei respondió a Pekín que está interviniendo “demasiado” en los asuntos internos de la isla y que cualquier conflicto provocará el desprecio de la población taiwanesa.
Estados Unidos advirtió regularmente a Chen durante la campaña contra la adopción de pasos hacia la independencia. “Corresponde a Taiwan y Pekín construir los fundamentos para la paz y la estabilidad buscando el diálogo y absteniéndose de pasos unilaterales que puedan alterar el status de Taiwan”, expresó el portavoz del presidente George W. Bush, Scott McClellan.