EL MUNDO › FORZARON A LA CASA BLANCA A QUE CONDOLEEZZA RICE DECLARE SOBRE EL 11-S
Música para los oídos de los enemigos de W.
Como no es un funcionario elegido por el Congreso, el consejero de Seguridad Nacional no está obligado a responderle. Pero la tonelada de mentiras con la guerra de Irak y las revelaciones de un ex jefe de contrainteligencia cambiaron las reglas. Y las perspectivas para Bush son negras.
Por Andrew Buncombe *
Desde Washington
La Casa Blanca sucumbió a la intensa presión y dijo que permitiría que la consejera en Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, testificara en público ante la comisión investigadora de los ataques de septiembre de 2001. El presidente Bush y su vice Dick Cheney también aparecerán conjuntamente ante la comisión en una sesión a puertas cerradas. Justo un día después de que la administración Bush defendiera firmemente su decisión de no permitir que Rice apareciera, revirtió su resolución y dijo que ella atestiguaría siempre que esto no estableciera un precedente. La comisión independiente aceptó los términos y Rice podrá presentarse ante el panel en unos días.
En una carta a la comisión que investiga los ataques en Nueva York y Washington, el abogado de la Casa Blanca, Alberto Gonzales, dijo que el ofrecimiento de presentarse dependía de que la administración recibiera una compromiso por escrito de que ese paso no sentaba un precedente y que el panel no requería “un testimonio público adicional de cualquier funcionario de la Casa Blanca, incluyendo Rice”. Este giro total de la Casa Blanca revela su preocupación sobre la reciente controversia acerca de la negativa de Rice de aparecer y que pueda ser visto por el público como sugiriendo que la administración Bush tiene algo que ocultar sobre lo que sabía o no sabía antes de los ataques de Al Qaida. La controversia fue alimentada por comentarios hechos por el ex consejero de antiterrorismo de la Casa Blanca, Richard Clarke, quien dijo que el presidente Bush y sus funcionarios jerárquicos habían ignorado las advertencias de los peligros que presentaba la red terrorista.
Un consejero de la Casa Blanca sostuvo que, con el ojo puesto en las elecciones presidenciales de noviembre, el consejero político Karl Rove decidió que la cuestión se estaba convirtiendo en algo dañino. En lugar de tener que considerar preguntas tales como “¿Existió un error en la inteligencia?”, quería volcar el foco en la campaña de las elecciones a “¿Qué candidato es mejor en seguridad?”. El consejero le dijo al New York Times: “Si vamos a discutir sobre las armas de destrucción masiva, los errores de inteligencia y Osama bin Laden, esa es una elección que George W. Bush no gana. Si es acerca de quien nos ofrece más seguridad, ese es el terreno en el que queremos estar”. La Casa Blanca salva un poco de su honor sobre el cambio de opinión al mantener que el compromiso de la comisión con respecto a establecer un precedente aseguró el principio sobre el cual no le permitía a Rice aparecer, había sido mantenido.
Los abogados de la administración habían basado su posición en la tradición de que los consejeros presidenciales como Rice, que no han sido confirmados por el Senado de Estados Unidos, no pueden atestiguar públicamente. En su carta a la comisión, Gonzales dijo: “El presidente reconoce la única y extraordinaria circunstancia verdadera que es la base de la responsabilidad de la comisión para preparar un detallado informe sobre los hechos”. Pero la abrumadora preocupación de la administración es presentarse como un gobierno que no tiene nada que ocultar sobre el 11 de septiembre. Probablemente es por eso que Bush y Cheney también acordaron aparecer en conjunto en un única sesión privada con todos los 10 miembros del panel, con un miembro del personal de la comisión presente para tomar notas. Bush previamente dijo que se reuniría sólo con el presidente y el vice del panel.
El lunes estos dos funcionarios dijeron que le pedirían a Rice que atestiguara bajo juramento en cualquier futuro interrogatorio por las discrepancias entre sus declaraciones y aquellas hechas bajo juramento por el ex jefe de antiterrorismo del presidente Bush. “Me gustaría tener su testimonio bajo la amenaza de perjurio”, dijo el presidente de la comisión, Thomas Kean. Cuando Rice compareció privadamente con varios miembros de la comisión en febrero, no se le pidió que estuviera bajo juramento y los funcionariosdijeron que no se guardó ninguna transcripción de la conversación de cuatro horas.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.