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A sólo dos días de la marcha por el asesinato de Axel Blumberg, que se hará mañana, el gobernador bonaerense Felipe Solá concurrió ayer a la Casa Rosada a pedir ayuda financiera para enfrentar el tema de la inseguridad. Allí se reunió con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y convinieron en que no harían un anuncio concreto, sino que se comprometían a trabajar en un paquete para mejorar las fuerzas de seguridad en el Gran Buenos Aires. El tema quedó bajo estudio y podría abarcar una gama amplísima de variantes, desde la creación de una policía de investigaciones para delitos federales como droga o narcotráfico hasta la formación de una policía nueva con jurisdicción sobre la Capital Federal y el conurbano bonaerense, la zona que suele llamarse Area Metropolitana de Buenos Aires. Solá se encontrará hoy con el Presidente en un acto en Berazategui.
La idea de crear una nueva fuerza policial que se encargue de prevenir e investigar los delitos federales estaba desde hace tiempo en los planes del Gobierno. El ministro de Justicia, Gustavo Beliz, entregó borradores con un menú completo.
Los delitos federales son aquellos que por su dimensión o complejidad significan un ataque al bien común y no solo contra un particular: tráfico de drogas, secuestros y atentados como los de la embajada de Israel y la AMIA. Una posibilidad es que la nueva fuerza de seguridad tenga como modelo al estadounidense Federal Bureau of Investigations (FBI), que actúa ante los delitos de ese tipo, con independencia de la policía de cada distrito. En ese caso, los efectivos convivirán con la Federal y la Bonaerense pero tendrán funciones distintas. Otra posibilidad es la creación de una fuerza de jurisdicción en el AMBA que en ese sector reemplace directamente a la Bonaerense.
La posibilidad de lanzar un nuevo cuerpo de policía fue analizada, entre muchas otras medidas, en una conversación a solas entre Solá y Fernández. El gobernador había llegado muy inquieto por la repercusión del caso Blumberg. En La Plata sospechan que se han montado intereses políticos y empresariales en torno a la ola de secuestros. El gobernador está muy preocupado por el asesinato de Axel Blumberg y lo reconoció en su charla con el jefe de Gabinete. También lo había admitido unas horas antes, durante un acto en la localidad de Moreno que encabezó el presidente Kirchner. “Aquí, en Moreno, apareció el cadáver de Axel Blumberg, cuyo único pecado fue salir al cine con su novia”, había dicho Solá desde el escenario.
Durante el viaje a Moreno, Solá había anticipado que se reuniría con Kirchner para pedirle ayuda para combatir la inseguridad. Entre sus preocupaciones se contaba también la marcha al Congreso convocada para mañana por el padre de Blumberg. Además, la situación se complicaba por las insistentes versiones sobre la renuncia del ministro de Seguridad, Raúl Rivara, quien anoche seguía en su cargo, aunque ni los colaboradores del gobernador se animaban a garantizar su futuro. Con ese marco fue que Solá llegó a la Rosada para encontrarse con Kirchner. Pero al final se reunió con Fernández y la discusión con el Presidente se postergó para hoy. Aunque en la Rosada decían que no había ninguna reunión programada, el gobernador aprovechará el acto en Berazategui para hablar del tema.
En la reunión con Fernández, Solá planteó que necesitaba, sobre todo, ayuda financiera de la Nación para afrontar el combate a los secuestros en el conurbano. En el Gobierno entendieron el reclamo. Propusieron entonces comenzar el estudio de un plan “con distintas variantes”, que venía siendo barajado desde el Ministerio de Seguridad y Justicia.
Los proyectos en danza incluirían, por ejemplo, y sin que en definitiva sean ideas excluyentes:
- Crear una nueva fuerza de seguridad, la Policía Metropolitana, que actuará en la ciudad y el Conurbano para prevenir e investigar delitos federales o que directamente reemplace a la Bonaerense. Según un colaborador de Solá, este cuerpo policial estaría integrado con “lo mejor de cada casa”, o sea por efectivos seleccionados de las fuerzas ya existentes.
- Separar al Conurbano –el epicentro de los secuestros– del resto de la provincia de Buenos Aires, para que la fuerza actúe en la región metropolitana. En el interior de la provincia, la Bonaerense seguirá actuando (o no) como hasta ahora.
- Cambiar los métodos y los contenidos de la formación de los nuevos agentes de la policía provincial.
- Incorporar a la Bonaerense –se supone que con la ayuda financiera de la Nación– a un número importante de nuevos agentes.
La puesta en marcha del plan obligará a coordinar la política de seguridad de la Nación con su similar bonaerense. Hasta ahora esa coordinación no había resultado por desconfianzas mutuas y porque la provincia mantenía criterios propios, heredados de la gestión de Juan José Alvarez. Pero ayer renunciaron todos los funcionarios de carrera que había dejado Alvarez y ratificado su sucesor, Rivara, encabezados por el subsecretario de Logística, Diego Gorgal.