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Amnistía Internacional acusó a Israel de producir crímenes de guerra por su política de demolición de hogares palestinos. En un duro informe, la organización de defensa de derechos humanos con sede en Londres señaló que el gobierno de Ariel Sharon violaba la Convención de Ginebra, que prohíbe el castigo colectivo de la población civil. Mientras en la Franja de Gaza continuaba realizándose a todo vapor esa política, en Londres la directora de Amnistía, Kate Aleen, señaló que desde el comienzo de la Intifada, en septiembre del 2000, las fuerzas israelíes demolieron 3000 hogares y dejaron sin techo a decenas de miles de palestinos. “En muchos casos el ejército israelí voló las casas de parientes de atacantes suicidas, incurriendo una forma flagrante en un castigo colectivo, que se encuentra expresamente prohibido por el derecho internacional. Estos actos constituyen crímenes de guerra”, indicó Allen.
Las 65 páginas del informe de Amnistía, titulado “Bajo los escombros: demolición de viviendas y destrucción de propiedad y tierras”, contiene una serie de casos individuales que ilustran una “destrucción sin precedentes que debe ser detenida inmediatamente”. La organización cita el caso de una mujer embarazada asesinada en su cama en el medio de la noche como consecuencia de la demolición de una casa vecina efectuada por el ejército israelí en el campo de refugiados de Al Bureij en la Franja de Gaza. En otro caso, 68 personas perdieron su hogar cuando el ejército voló un edificio de departamentos de ocho plantas en Wad Abu Kteila, un distrito de Hebrón. Entre cientos de testimonios, resalta el de un muchacho de 25 años, parapléjico, cuya casa, con acceso especial para su silla de ruedas, fue destruida porque se la había designado como tierra confiscada por el Estado. Cuando los padres del muchacho protestaron, el ejército respondió golpeando al padre y a su hermano.
El gobierno de Ariel Sharon y el ejército han señalado que esta política es necesaria para garantizar la “seguridad” de Israel. La explicación oficial es que los “terroristas” utilizan las casas de palestinos para lanzar ataques contra el territorio nacional. Esta política fue refrendada por la Corte Suprema israelí, pero el lunes fue duramente criticada por el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan. “Le pido al gobierno israelí que detenga esta destrucción que es contraria al derecho humanitario internacional”, indicó Annan. Según la ONU, sólo en Gaza se han destruido más de 2000 casas en los últimos tres años, así como un 10 por ciento de la tierra arable. Esta política se ha profundizado con los enfrentamientos. En un solo año (2002-2003), el ejército israelí arrasó con unas 1800 hectáreas de área cultivable y más de 200 mil árboles.