EL PAíS › ARGENTINA, BRASIL Y CHILE ENTUSIASMADOS CON LA INTEGRACION
Haití bajo un paraguas multilateral
El ministro de Defensa, José Pampuro, anticipó que el Congreso aprobará en un “trámite rápido” el envío de tropas de mantenimiento de la paz a Haití. Si bien acordó América latina, fue un pedido de EE.UU.
Por Nora Veiras
“Va a ser un trámite rápido. Va a haber debate pero se va a aprobar por amplia mayoría”, pronosticó, seguro, el ministro de Defensa, José Pampuro, sobre el proyecto de ley que debe habilitar el envío de tropas a Haití. La decisión del Gobierno está tomada, pero el texto todavía no llegó al Parlamento. El paraguas del anuncio es la decisión unánime del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para contribuir al mantenimiento de la paz en el país caribeño. De hecho, Pampuro estuvo acompañado por su par de Brasil, José Viegas Filho, y por el secretario de Guerra de Chile, Gabriel Gaspar Tapia, los otros dos países que participarán, en principio, en la fuerza de paz. Paraguay, Uruguay y Perú podrían sumarse. A pesar del marco multilateral, el “deseo” de Estados Unidos está detrás de la solución haitiana.
“Estados Unidos pide todo. El canciller tiene una lista interminable: quieren que participemos en Afganistán, en Irak, en Timor Oriental, pero nosotros sólo aceptamos misiones de paz avaladas por la ONU”, comentaba ayer un funcionario en un break del simposio sobre “Seguridad regional: futuro y propuestas”, organizado por el ex ministro de Defensa, el radical Horacio Jaunarena, en su rol de director del Instituto para la Seguridad en Democracia de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (Uces). Como se sabe, el gobierno de George W. Bush no ahorra energías a la hora de conseguir sus objetivos: el propio ministro de Economía, Roberto Lavagna, recibió los reclamos para que la Argentina participe de las misiones militares. En ese contexto, Haití apareció como el destino más digno, teniendo en cuenta que será la primera vez que participarán en forma conjunta militares de América latina para resolver la situación de un país de la región.
El panorama en ese país caribeño es desolador. La mortalidad infantil trepa al 8 por ciento, la pobreza inunda todo, sólo disponen de tres horas de energía eléctrica al día. Las condiciones de insalubridad son casi absolutas y entre ellas preocupa la cantidad de habitantes contagiados con una cepa del virus de VIH inmune a la medicación conocida. La zona más riesgosa es la del sur de la isla, “la Mandíbula”, donde operan las poderosas bandas de narcotraficantes del Caribe. En esa región están actuando tropas francesas y ya sufrieron una baja. Las fuerzas conjuntas de Estados Unidos, Canadá y Francia habían anunciado su retiro para el 1º de junio, pero se confirmó que canadienses y franceses dejarán parte de sus hombres.
Chile ya envió tropas a Haití –entre ellos treinta y dos carabineros– en una primera etapa de estabilización y ahora el Congreso debe aprobar la segunda etapa que empezará el 1º de junio. La ministra de Defensa, Michelle Bachelet Jería, no participó en el seminario porque tuvo que regresar a Chile para explicar ante los legisladores el alcance de la nueva misión. En el Parlamento argentino se quejan porque “hasta ahora nadie del Ejecutivo vino a decirnos nada”. Desde que a fines del año pasado se sancionó la ley que regula las condiciones para el ingreso y egreso de tropas, los legisladores tienen responsabilidad en esa autorización. El debate se centrará en las atribuciones de las fuerzas. El presupuesto que demandará el desplazamiento será de 10 millones de dólares para los seis meses. Esa partida será luego reintegrada por Naciones Unidas.
“Lo nuestro es el capítulo 6 y medio”, sintetizó un funcionario para explicar que la propuesta para el envío de tropas se enmarca en ese punto de la Carta de la ONU, pero avanza también sobre las atribuciones para la autodefensa, estipuladas en el capítulo 7. En buen romance, que si son atacados, los militares puedan defenderse.
Las amenazas
Al momento de aportar soluciones para América latina, “multilateralidad”, “cooperación” e “integración”, fueron los conceptos que más repitieron y en los que coincidieron las máximas autoridades de Defensa de la Argentina, Chile y Brasil. Esa coincidencia se fundó en un acuerdo previo sobre las causas que ponen en riesgo la gobernabilidad en la región. El chileno Gabriel Gaspar Tapia fue el más explícito: “Entre las nuevas amenazas se cuentan el terrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado. Pero en los hechos concretos que han puesto en riesgo la gobernabilidad en América latina, tanto en Bolivia como en Haití, no está Al Qaida ni tampoco los carteles, está la pobreza. En el fondo hay una matriz económico social de insatisfacción de necesidades básicas que resienten la estabilidad política. Esos temas no son propios de la defensa, tienen más que ver con el desarrollo que con la seguridad. Sin desarrollo se afecta la seguridad y sin seguridad no hay desarrollo”.
Pampuro retomó esa idea al señalar que “en Naciones Unidas, el presidente (Néstor) Kirchner dijo que el valor seguridad no es sólo un concepto militar sino que presume igualdad” y destacó que “el multilateralismo es el único camino eficaz para alejar la unilateralidad”.
Su par brasileño se confesó “conmovido” por el discurso de Pampuro y avanzó en que “el sistema internacional contemporáneo se encuentra en una inestabilidad estructural que resulta de un orden unipolar que muestra una concentración de poder sin precedentes”. Ninguno nombró a Estados Unidos, aunque la referencia era obligada. Fue una pregunta de los invitados –entre los que se mezclaban los jefes de las tres Fuerzas Armadas y ex jefes como Ricardo Brinzoni con especialistas en temas de Defensa– la que pidió precisiones sobre la sombra de Bush en el envío de tropas a Haití. Gaspar Tapia recogió el guante y dijo:
–Al principio en Chile algunos nos decían: “Son aliados del imperialismo que mandan a invadir a una democracia”. Ahora que se van los americanos nos preguntan por qué vamos nosotros... El tema es que sólo vamos a misiones en el marco de la ONU. Por eso no fuimos a Irak y aunque costó, no temblamos en mantener esa decisión. La misión a Haití es una decisión por unanimidad del Consejo de Seguridad. Si están las potencias es en el marco de la multilateralidad y lo que importa es el mandato para alcanzar la estabilidad en ese país.
Sus interlocutores asintieron complacidos.