EL MUNDO › LEGISLADORES “RADICALES” DEL PT PRESENTARON FORMACION
Nuevo partido de los ex de Lula
Los legisladores “radicales” expulsados del Partido de los Trabajadores (PT) del presidente Luiz Inácio Lula da Silva crearon ayer en Brasilia una nueva formación, bautizada Partido del Socialismo y la Libertad (PSOL), con el que esperan disputar la elección presidencial de 2006.
Unas 600 personas participan en la asamblea y prefirieron “por amplia mayoría” ese nombre (otros militantes proponían el más tradicional de Partido Socialista), refirieron varios participantes. Para oficializar la sigla y participar en los comicios, el nuevo partido deberá presentar 500.000 firmas ante la Justicia electoral.
La senadora Heloísa Helena se propuso como candidata, aunque ese tema no fue debatido específicamente, dijo al diputado Joao Batista Oliveira (más conocido como Babá). Helena prometió que intensificará su labor en el Congreso para aprobar su propuesta de salario mínimo en 150 dólares (el actual es de 80). Helena, Babá y los diputados Luciana Genro y Joao Fontes fueron expulsados a fines del año pasado del PT, por haber votado contra las reformas del sistema de jubilaciones y del sistema tributario impulsadas por el gobierno de Lula. “El PT cambió de lado pero no logrará liquidar las banderas de la clase trabajadora”, agregó.
Babá se dijo satisfecho con el nombre adoptado, diciendo que “era fundamental colocar una referencia a la libertad, porque casi todos los países socialistas se caracterizaron por la falta de libertad”. El PSOL espera contar con un primer núcleo de unos 10.000 adherentes en torno a un “programa anti-imperialista en relación con la deuda externa y favorable a la reforma agraria, con un control de los latifundios por los trabajadores”, indicó el diputado.
Será además “un partido con derecho a divergencias”, añadió. La nueva agrupación defenderá la ruptura con el FMI y el no ingreso de Brasil al Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Lula, un ex sindicalista de izquierda, adoptó al llegar al poder en 2003 una política económica de fuerte ajuste fiscal aplaudida por los mercados pero cuestionada por el ala más izquierdista del PT, que reclama una moratoria de la deuda externa. Babá descartó que el gobierno de Lula pueda dar un vuelco hacia la izquierda. “Sólo una rebelión de masas que ponga a Lula contra la pared podría llevarlo a enfrentar al FMI y a los banqueros”, sostuvo Babá.