EL MUNDO

No hay nada más lindo que la gran Unión Europea unida

Tras un tortuoso proceso, la Unión Europea llegó ayer a un acuerdo sobre el texto de su nueva Constitución.

Por fin, Europa es Europa. O casi. Los jefes de Estado y de gobierno de los 25 países de la Unión Europea (UE) llegaron a un acuerdo ayer sobre el texto de su primera Constitución. “El Consejo Europeo se puso de acuerdo sobre la Constitución”, declaró un vocero, mientras que el presidente de la UE y primer ministro irlandés, Bertie Ahern, se felicitó de que el acuerdo constitucional es “un éxito para todos”. Con esta Constitución, la UE, además de dotarse de personalidad jurídica, pretende profundizar su proceso de integración simplificando su funcionamiento con motivo de la reciente ampliación a 10 países y la futura adhesión de al menos otros cuatro. Asimismo pretende agilizar la toma de decisiones, aunque este objetivo se topó con los intereses internos de varios países.
La negociación de ayer se centró en la reforma de las instituciones europeas, uno de los capítulos más complicados de la Carta Magna. Los europeos acordaron que la toma de decisiones por mayoría en el consejo de ministros de la UE lo será cuando lo acuerden 15 países que representen el 55 por ciento de éstos y al menos 65 por ciento de la población, y éstas podrán ser bloqueadas por no menos de cuatro países. La Comisión Europea, que actualmente está compuesta por un miembro de cada país, será integrada a partir de 2014 por dos tercios del número de países de la UE. Por su parte, el Parlamento Europeo tendrá un máximo de 750 diputados, con un límite de 96 escaños por país (Alemania) y un mínimo de seis para Luxemburgo y Malta. ¿Por qué 55 por ciento y 65 por ciento? Para combinar intereses y opciones de bloqueo de unos y otros. Con esta combinación, sólo tres grandes países reúnen una población adecuada (más del 35 por ciento) para bloquear cualquier acuerdo. Para evitarlo, el mínimo número de países para bloquear será de cuatro. La coalición mínima para poder bloquear será de 15 países. Las abstenciones no serán tenidas en cuenta al contabilizar Estados y la población. Cuando la propuesta que analice el Consejo no provenga de la Comisión o del ministro europeo de Exteriores, la mayoría cualificada será: 72 por ciento de los Estados que representen al menos al 65 por ciento de la población.
Si una coalición de países que rechace un acuerdo suma más del 30 por ciento de la población de la UE o está compuesta por más del 40 por ciento de los Estados, el Consejo hará todo lo que esté en su mano para conseguir un arreglo antes de votar. Este apartado (cláusula Ioannina) se introdujo para que Polonia aceptara la fórmula global.
El acuerdo sobre la Constitución Europea marca “un día importante para Europa”, celebró el presidente francés, Jacques Chirac, al término de las dos jornadas de la cumbre de Bruselas. Para el primer ministro británico, Tony Blair, la adopción de la Constitución es “un éxito para el Reino Unido y un éxito para Europa”. El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, expresó a su vez su satisfacción por un momento “histórico para cientos de millones de ciudadanos europeos” y su “gran emoción” por la aprobación de la Carta Magna durante su primera cumbre europea como primer ministro. Para el canciller alemán, Gerhard Schroeder, se trata de “una decisión histórica que no fue fácil de obtener” y “una señal importante que demuestra la capacidad de unidad de Europa. La Europa ampliada está ahora más unida y políticamente más gobernable”.
Sin embargo, la Carta Magna aprobada por los líderes europeos aún tiene que superar un largo y tortuoso camino antes de que pueda entrar en vigor con todas sus consecuencias. El principal obstáculo reside en que la Constitución sólo se considerará definitivamente aprobada cuando sea ratificada por todos y cada uno de los 27 países de la UE, en unos casos a través de referendos y en otros a través de los parlamentos nacionales. Sin embargo, varios países han advertido que la Carta Magna será aplicada en la UE incluso si la rechaza algún Estado, que quedaría al margen de los demás. El proceso de ratificación se prolongará al menos dos años tras la firma de la Constitución en un acto previsto para diciembre en Roma. Si cuatro quintas partes de los Estados han ratificado la nueva Carta Magna en el plazo de dos años y algún país no logra hacerlo, el Consejo Europeo decidirá qué hacer. Por otra parte, el Consejo Europeo todavía no ha logrado pactar quién será el sucesor de Romano Prodi frente a la Comisión Europea. Este asunto “no se discutió hoy” (por ayer), anunció Ahern, y precisó que a pesar de la apretada agenda de la presidencia quiere llegar a un acuerdo antes de fin de mes, cuando deberá ceder el cargo a Holanda.

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La foto de familia en Bruselas, después de un largo período de emparchar diferencias y hacer equilibrios entre grandes, medios y chicos.
 
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