EL MUNDO › SEGUIDILLA DE ATENTADOS EN LA CAPITAL COLOMBIANA
Una campaña electoral bomba
Las FARC lanzaron su guerra a las ciudades como advertencia al candidato antiguerrilla Alvaro Uribe, que lidera las encuestas.
El augurio se hizo real: la guerra tomó las ciudades. Ayer se desplegó una seguidilla de atentados en Bogotá y en sus inmediaciones que desataron el pánico en toda la población. Primero explotó un coche bomba con un cadáver adentro en la ruta que conduce a la población de Sibaté (28 km al sur de Bogotá), provocando la muerte de dos técnicos de la policía que intentaban desactivarlo. Más tarde, estallaron dos petardos de bajo poder en diferentes sitios del centro de Bogotá, pero ambos a menos de un kilómetro de la casa de gobierno, con un saldo de tres heridos leves. Un tercer artefacto fue desactivado un rato después. Luego, la policía de Bogotá anunció haber encontrado dos automóviles con cilindros de gas cargados de explosivo, a menos de dos cuadras de la sede presidencial. Ambos fueron desactivados. Además, guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) dinamitaron un puente que comunica Bogotá con la ciudad de Villavicencio, donde en la madrugada del domingo estalló un coche bomba que dejó un saldo de 12 muertos. Al mismo tiempo, las FARC decretaron un paro armado en dos localidades del interior. Y fueron suspendidos los Juegos Sudamericanos, que se debían realizar en Bogotá entre el 3 y el 12 de mayo.
El presidente Andrés Pastrana, quien deja su cargo el 7 de agosto próximo, anunció: “Lo que estamos sufriendo es la arremetida demencial de unos pocos violentos contra todo el pueblo colombiano”. Y descartó que los recientes hechos de violencia estén dirigidos contra “algún partido político o candidato en particular”, en referencia a quien las encuestas revelan como el favorito para las próximas elecciones presidenciales a realizarse el 26 de mayo: el candidato antiguerrilla Alvaro Uribe.
A lo largo de la jornada, el mayor temor de la policía era que estos explosivos pequeños fueran señuelos para atraer a sus hombres a una explosión mayor, tal como sucedió en Villavicencio el domingo pasado, donde se jugaban partidos de tenis de la Copa Davis que finalmente fue suspendida. De acuerdo a lo informado por el ministro del Interior, Armando Estrada, dentro del vehículo que explotó cerca de Sibaté se encontró el cadáver del agricultor Pedro Nel Camacho, quien había sido secuestrado anteayer. Poco después de las 10, el centro de Bogotá se vio sacudido por dos explosiones casi simultáneas. Fueron dos grandes estruendos aunque con daños mínimos: el par de petardos, a una distancia de unos 1200 metros el uno del otro, habían sido colocados dentro de alcantarillas. Luego, por medio de perros, la policía encontró un tercero que hizo detonar. Al mediodía, la policía recibía una oleada de llamadas que reportaban automóviles o elementos sospechosos. Pero el pánico volvió cuando fue descubierta una pipeta de gas dentro del conjunto residencial Nueva Santa Fe, situado a menos de 200 metros de la presidencia. La evacuación del lugar se cumplió en pocos minutos, y los técnicos desactivaron una carga de superánfor, un poderoso explosivo. Mientras tanto, la policía encontró otra pipeta de gas con explosivos, que fue detonada, en un vehículo sospechoso cercano. Además, la policía informó que dos presuntos milicianos resultaron heridos al explotar la noche del lunes una bomba de regular poder que intentaban colocar en un teléfono público del centro de la ciudad de Popayán, capital del departamento del Cauca, unos 600 km al suroeste de Bogotá. Hasta el momento, ningún grupo se atribuyó estos atentados, pero la policía apunta a las milicias urbanas de las FARC.
Paralelamente, las FARC decretaron un “paro armado” en los departamentos de Casanare y Boyacá y ordenaron el bloqueo por tiempo indefinido de las rutas internas y las que comunican estos dos departamentos, mediante panfletos entregados a los habitantes de la región. El paro armado significa la prohibición total de circulación por las carreteras, bajo amenazas de muerte o de incendio de los vehículos que se encuentren en los caminos. A la vez, el departamento de Casanare y parte del oeste de Boyacá se encuentran sin servicio eléctrico debido a la voladura de varias torres de alta tensión de esa zona por parte de los insurgentes, en tantoque el de Arauca está paralizado por causa de los enfrentamientos entre militares, guerrilleros y paramilitares.
Ante la ofensiva urbana de la guerrilla, el gobierno reveló que está ultimando los detalles para el nombramiento de un “zar antiterrorismo”, que se encargará de orientar esa política gubernamental. Los candidatos que trascendieron son los generales Luis Alfredo Rodríguez Pérez, comandante de la Policía de Cali; José Leonardo Gallego, comandante de la Policía de Medellín; Alonso Arango Salazar, director de Inteligencia de la Policía Nacional, y Carlos Alberto Fracica, comandante de Inteligencia de las Fuerzas Militares. Se ha confirmado que el nuevo cargo contaría con funciones especiales y presupuesto propio, aunque todavía no resolvió si dependerá de la Policía o del Ministerio de Defensa.