EL MUNDO › GEORGE W. PROMETIO UN ESTADO PALESTINO PARA 2009
El fin está claro, el medio no
Por Andrew Grice *
Desde Washington
La creación de un Estado palestino es posible dentro de los próximos cuatro años, dijo ayer el presidente Bush y prometió poner todo el peso de Estados Unidos detrás de un nuevo esfuerzo para llevar la paz a Medio Oriente. El presidente formuló este fuerte compromiso tras conversaciones con Tony Blair en la Casa Blanca en las que el primer ministro británico lo urgió a dedicar más energía al proceso de paz de lo que hizo en su primer mandato. Las palabras de Bush fueron recibidas con beneplácito por Blair, pero el presidente se abstuvo de dar su respaldo inmediato a las dos ideas propuestas por el primer ministro: el nombramiento de un nuevo enviado especial a Medio Oriente y la convocatoria a una conferencia de paz, posiblemente en Londres.
Aunque los dos líderes acordaron un plan de trabajo para sus dos gobiernos, no se hizo público ningún cronograma. Funcionarios estadounidenses dijeron que Washington quería asegurarse primero que los palestinos eligieran un liderazgo moderado y pragmático comprometido con la democracia. En una conferencia de prensa conjunta en la Casa Blanca, Bush dijo que la muerte de Yasser Arafat había creado “una nueva oportunidad para realizar avances hacia una paz duradera”. El presidente evitó preguntas sobre la posibilidad de presionar a Israel, pero insistió que su retirada de Gaza podría sentar los cimientos para implementar la Hoja de Ruta para Medio Oriente y negociaciones del estatuto definitivo sobre una “solución de dos Estados”.
El presidente dijo que había una “gran oportunidad” de crear un Estado palestino y se comprometió a “gastar el capital de Estados Unidos en tal Estado”. Agregó: “Me gustaría verlo en cuatro años. Pienso que es posible”. No descartó una conferencia de paz, pero dijo querer asegurarse de que “sirva para algo”. Bush también cedió a las presiones de Blair para intentar cicatrizar las heridas creadas en Europa por la guerra de Irak. Afirmó que trabajaría “para profundizar los vínculos transatlánticos” y dijo que visitaría Europa lo más pronto posible después de su inauguración en enero.
Blair fue el primer líder extranjero en reunirse con el presidente reelecto. Una cena de los dos solos el jueves fue seguida ayer por más conversaciones y un almuerzo de trabajo. El presidente derramó elogios sobre Blair y torció el labio en expresión de rabia cuando se le preguntó por las críticas que señalan que el primer ministro es su “títere”. Pero también pareció admitir que su estrecha relación había causado problemas políticos internos a Blair.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.