EL MUNDO › COMIENZAN A REVISAR LOS PLANES MILITARES EN IRAK
Zafarrancho en el estado 52
Por Rupert Cornwell *
Desde Washington
El Pentágono enviará a un general retirado de cuatro estrellas para estudiar la operación militar en Irak, mientras aumenta el temor de los funcionarios de que las campañas en Irak y Afganistán han sobreextendido la existente estructura de fuerza norteamericana casi hasta el punto de quiebre. La misión del general Gary Luck, un ex comandante de las fuerzas norteamericanas en Corea del Sur, viene después de un aluvión de noticias preocupantes sobre los efectos del despliegue militar en Irak, donde no se avizora un final de la ocupación y las bajas norteamericanas aumentan continuamente.
La muerte de nueve soldados el jueves –siete de ellos por una bomba caminera en Bagdad– lleva el total de las muertes de las fuerzas norteamericanas desde la invasión de marzo de 2003 a más de 1350. Unos 10.000 más han sido heridos y muchos de ellos han quedado tullidos por este tipo de bombas. Lo que preocupa aún más a los funcionarios del Pentágono, sin embargo, es el sobreesfuerzo humano, que ha llevado a que muchas unidades de reservistas y de la Guardia Nacional deban servir por tiempos extensos en Irak. Estas unidades son un 40 por ciento de la fuerza norteamericana en el país, que ha sido aumentada a 150.000, en un intento por mejorar la seguridad para las elecciones del 30 de enero. Esta sobredemanda es lo que muchos críticos llaman una “conscripción encubierta” de los denominados “ciudadanos-soldados”, que nunca imaginaron pasar períodos largos en el terreno, pero ahora se encuentran en posiciones clave. Su carga incluso probablemente aumente.
Según el Washington Post de ayer, el ejército quiere cambiar la política del Pentágono para descansar más en las unidades de reservistas. Podrían ser convocados sin límites para prestar servicios por hasta 24 meses.
En total, la reserva del ejército consiste en 200.000 hombres. Pero en un memorándum de los jefes del Pentágono escrito justo antes de Navidad, y que fue filtrado, el general James Helmly, comandante de la reserva, advirtió que sus hombres estaban “convirtiéndose en una fuerza rota” que no podría cumplir con sus obligaciones si ocurriera una emergencia. En cuanto a la Guardia Nacional, un oficial dijo al Post que sus 15 principales unidades de combate están “casi extenuadas”. Los esfuerzos no sólo han bajado la moral, sino que también tuvieron como consecuencia una fuerte caída en el reclutamiento por parte de la reserva y la Guardia Nacional. Ahora es probable que el aumento de 30.000 en tropas activas para manejar la situación en Irak deba ser permanente, con un costo de 3000 millones de dólares por año para el presupuesto del ejército.
Además de los niveles de las tropas norteamericanas, el general Luck también hará hincapié en los problemas de las fuerzas iraquíes entrenadas sobre el terreno, que los norteamericanos esperaban que pudieran proveer seguridad para las elecciones, pero han fracasado en hacerlo.
A pesar de todo, Bush sigue desafiantemente optimista, insistiendo no solamente en que las elecciones se llevarán a cabo en la fecha prevista, sino que además será “una experiencia creíblemente esperanzadora para el pueblo iraquí”. Hablando con periodistas ayer, se opuso fuertemente al pronóstico gris de esta semana de Brent Scowcroft, asesor de seguridad nacional de su padre, en torno del futuro en Irak, de que con las elecciones se corre el riesgo de “profundizar el conflicto” y empeorar la tensión entre sunnitas y chiitas. “Todo lo contrario”, declaró Bush.
Igualmente sombría fue la opinión de Zbigniew Brzezinski, asesor de seguridad nacional del presidente Jimmy Carter. “Si (la misión estadounidense) no puede cambiar dramáticamente, debería finalizar”, advirtió en la misma reunión a la que se dirigió Scowcroft. Requeriría 500.000 soldados, U$S 500.000 mi-
llones y el retorno de la conscripción. El Pentágono ya comenzó a redistribuir su presupuesto de U$S 400.000 millones para hacer frente a las nuevas demandas.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.