EL MUNDO › SE ENDURECE LA POSTURA CONTRA LOS INMIGRANTES
Alemania no te da la bienvenida
Por Kate Connolly
Desde Berlín
Una gran cantidad de alemanes se opone a dejar que entren más extranjeros en el país, de acuerdo a una nueva encuesta que destaca la preocupación de que las actitudes de la extrema derecha antiinmigrante estén ganando un pie en el corazón de Europa. En una encuesta publicada el jueves en el diario económico Handelsblatt, un 46 por ciento de los alemanes dijeron que estaban en contra de permitir la entrada de más inmigrantes, y entre 36 y 41 por ciento de los alemanes del Este pensaban que ya había demasiados inmigrantes en el país. En una segunda encuesta, los consultados dijeron que la mayoría de los inmigrantes que ya están en Alemania no tienen interés en integrarse. La inmigración probablemente será un tema central en las elecciones nacionales de setiembre, y los analistas dicen que ignorarlo será un peligro para los candidatos.
Los resultados de las encuestas, dos semanas después del éxito de la extrema derecha en las elecciones presidenciales francesas, juegan a favor de Edmund Stoiber, el candidato derechista de los conservadores para canciller contra el líder socialdemócrata Gerhard Schroeder. Stoiber se ha pronunciado públicamente en contra de que Alemania abra sus puertas a más inmigrantes. La primera encuesta, realizada por el Instituto Forsa, indica que los alemanes tienen más confianza que ningún otro grupo en el bloque conservador, constituido por los democristianos y los socialcristianos, a la hora de regular la inmigración. Sólo un 12 por ciento dijo que estaba a favor de aceptar más extranjeros. Alemania enfrenta un dilema complicado, ya que los jefes de las industrias advierten que el país necesita un influjo de inmigrantes altamente capacitados en los próximos años si quiere superar la escasez de mano de obra creada por la baja tasa de natalidad y una población que envejece. Un mes atrás, el Parlamento aprobó una controvertida legislación abriendo Alemania a trabajadores inmigrantes por primera vez desde los años 70. La ley permite un flujo controlado de trabajadores capacitados dentro del país. Pero Schroeder enfrenta una lucha cuesta arriba entre ahora y setiembre para convencer a los votantes de que Alemania, con un desempleo del 10%, necesita más inmigrantes.
En la segunda encuesta, realizada por el Instituto Allenbach de Investigación de la Opinión Pública, el 54 por ciento de los encuestados dijo que sentía que la mayoría de los extranjeros en el país –que representan casi el 10 por ciento de la población– no estaban interesados en la asimilación. Más de la mitad de los 2000 encuestados dijo que asociaba a los extranjeros con narcotraficantes y el 43 por ciento aseveró que los foráneos eran más propensos a la violencia que los alemanes. La nueva política de inmigración incluye proveer a los inmigrantes el acceso al aprendizaje del idioma alemán y lecciones sobre la cultura y sociedad alemanas, obligatorio para los residentes a largo plazo. En una concesión a la derecha, la ya estrictas normas de asilo fueron aún más ajustadas y se hizo de la integración un requisito imprescindible para conseguir la residencia.