EL MUNDO

Ahora, a ver quién es el peor de todos en Chechenia

Después de la confusa muerte del ex presidente Aslan Masjadov, los independentistas chechenos juran venganza contra Moscú y se lanzan a elegir un sucesor que resulte aún más temible.

Por Andrew Osborn *
Desde Moscú

Acongojados rebeldes separatistas chechenos declararon ayer a su fallecido líder Aslan Masjadov un mártir de Alá y prometieron llevar su lucha armada con Moscú a nuevas alturas de derramamiento de sangre. Las últimas esperanzas de un acuerdo pacífico al conflicto han muerto, dijeron, junto con Masjadov, cuyo deceso en circunstancias cada vez más dudosas fue anunciado el martes. “Aslan Masjadov era la única persona que creía que todavía había algo que hablar con Moscú”, escribió Movladi Udugov, uno de los ideólogos en jefe de los rebeldes en su sitio web. “Ahora no hay una persona así en Chechenia. Ha comenzado un nuevo período en la historia de la confrontación militar ruso-chechena.”
Los rebeldes dijeron que Masjadov había experimentado la muerte de un héroe en una pulseada “desigual” y que su alma ascendería al paraíso. En una declaración por separado, el Parlamento checheno rebelde pidió a las instituciones europeas que condenaran su muerte como un crimen de guerra y que llevaran a aquellos que lo mataron ante un tribunal de justicia internacional, mientras el ala militar del liderazgo rebelde reclamaba a los comandantes de campo de la pequeña república separatista que cumplieran con el plan acordado para la “campaña militar de la primaveraverano”. “Las personalidades van y vienen, pero la batalla sigue y continuará hasta el día del Juicio Final”, escribió Umar Khanbiev, un vocero rebelde checheno. “En el lugar del shaheed (mártir) Aslan Masjadov, será otro líder quien honorablemente tomará la bandera manchada de sangre de la resistencia chechena”, dijo. Agregó que una operación especial que traería la “victoria final” sería ejecutada. Otra declaración reclamó la independencia de todo el Cáucaso norte de Rusia. La desafiante respuesta de los rebeldes se produjo cuando el cuerpo de Masjadov fue formalmente identificado por sus parientes y se anunció un período de tres días de duelo en Chechenia.
Los rebeldes dijeron que tomarían la decisión de nombrar a un sucesor “en el próximo par de días”. Los analistas dijeron que los dos candidatos más obvios eran Shamil Basayev, el notorio señor de la guerra que se hizo responsable por la toma de la escuela de Beslan, o el igualmente radical Dokar Umarov. Ambos hombres dejaron en claro que nunca negociarán con Moscú, que envió tropas a Chechenia por primera vez en 1994 bajo Boris Yeltsin. Sin embargo, Akhmed Zakayec, el vocero de Masjadov en Londres, dijo a este diario que sabía quién sería el nuevo presidente rebelde y que no era ni Basayev ni Umarov ni él mismo.
Ayer, las circunstancias que rodeaban la muerte de Masjadov se tornaban más oscuras, con tres versiones distintas en circulación. Una fuente anónima que dijo ser parte del entorno de Ramzan Kadyrov, el viceprimer ministro de Chechenia apoyado por Moscú, le dijo al sitio web Ingushetiya.ru que Masjadov en realidad había sido muerto el domingo –dos días antes de su muerte oficial– por Kadyrov. La fuente dijo al sitio web que un habitante local había revelado el escondite de Masjadov en un bunker debajo de una casa por “una enorme suma de dinero”. Ramzan Kadyrov y sus combatientes, entonces, supuestamente habían muerto a Masjadov durante una breve batalla armada. Kadyrov había decidido no hacerse responsable por ello, porque sabía que traería “la vergüenza eterna sobre él entre el pueblo checheno” y por lo tanto les había pedido a las fuerzas federales rusas que dijeran haber capturado al presidente rebelde. Tal versión contradice el propio relato de los hechos por Kadyrov, que sostiene que Masjadov fue muerto durante una operación especial el martes, después de que uno de sus propios guardaespaldas le disparara accidentalmente en la confusión. Y eso a su vez contradice una versión sostenida por el ejército ruso, que consiste en que Masjadov murió por la explosión de una granada causada por las fuerzas especiales que trataban de penetrar el bunker subterráneo donde estaba escondido. El cuerpo exhibido en la televisión rusa no mostraba señales de una explosión de granada, aunque su mejilla izquierda parecía estar marcada por una herida de bala. Ayer, el diario Kommersant añadió una nueva dimensión a la historia, diciendo que los rusos en realidad habían tratado de persuadir a Masjadov de que se entregara por espacio de hora, pero que él se había negado. Zakayev, el vocero de Masjadov, dijo que estaba seguro de que su jefe había muerto el martes, porque había estado en comunicación con él desde el domingo y que fue por pura casualidad que había sido encontrado. También descartó cualquier sugerencia de que Ramzan Kadyrov hubiera sido responsable, insistiendo en que ni siquiera estaba presente en el momento.
Ramzan Kadyrov, que dijo ayer que lamentaba no haber matado a Masjadov él mismo, a menudo habló de hacer exactamente eso. Su propio padre, Akhmad Kadyrov, era el presidente de Chechenia apoyado por Moscú hasta el año pasado, cuando fue muerto durante un ataque del que Ramzan culpó a los rebeldes. Zakayev dijo que la muerte de Masjadov sólo empeoraría el conflicto checheno. “Es una pérdida muy seria, pero no es un golpe mortal. La guerra continuará mientras Putin sea el líder de Rusia.”

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère

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