EL MUNDO › SCHROEDER OBTUVO EL VOTO DE DESCONFIANZA
Y BUSCA ELECCIONES
Irse por la puerta, colarse por la ventana
Por Cecilia Fleta *
Desde Berlín
El Bundestag (Parlamento) alemán negó ayer la confianza al canciller federal Gerhard Schroeder y allanó el camino para la disolución de la Cámara por el presidente federal, Horst Koehler, y la convocatoria de elecciones anticipadas, según el artículo 68 de la Ley Fundamental alemana. Schroeder argumentó que necesita una nueva legitimación de las urnas para continuar las impopulares reformas iniciadas por su gobierno. Este paquete de medidas comprendía una reforma de la sanidad pública, la inclusión de agentes privados en las pensiones y una reforma laboral que recorta los subsidios.
En una votación con ambiente de despedida, 296 diputados se expresaron contra el canciller, 151 a favor y 148 se abstuvieron, como el presidente del partido socialdemócrata (SPD), Franz Müntefering, había recomendado a su grupo parlamentario. Sólo 139 diputados socialdemócratas siguieron la recomendación; 151 votaron a favor del canciller –es decir, en contra de lo que él quería– y tres, entre ellos la ex ministra de Justicia Herta Däubler-Gmelin, no participaron en la votación. Sólo ocho diputados del socio menor de coalición, Los Verdes, se abstuvieron, entre ellos los tres ministros: Joschka Fischer, de Exteriores; Renate Kuenast, de Protección al Consumidor, y Jürgen Trittin, de Medio Ambiente. Schroeder reconoció que el trabajo con su propia coalición de gobierno, y en especial con su partido, el SPD, se volvía cada vez más tortuoso por la falta de un apoyo estable y continuado. “Se trataba –y se trata– de la cuestión de si las reformas de la llamada Agenda 2010 son necesarias o si no habría que retirarlas”, dijo el canciller. “El debate llegó tan lejos que miembros del SPD amenazaron con ingresar en un partido populista de izquierdas dirigido hacia el retroceso”, añadió en referencia al WASG (Alternativa electoral Trabajo y Justicia Social).
La derrota electoral en el Estado federado de Renania del Norte-Westfalia, tras 39 años como bastión socialdemócrata, puso “sobre la mesa la cuestión de si después de este resultado seguía habiendo una plena capacidad de maniobra para mí y para mi política”.
La candidata de la oposición democristiana, Angela Merkel, expresó su respeto por la iniciativa de Schroeder de plantear la moción de confianza y calificó la Agenda 2010 de “paso en la dirección correcta”. Merkel criticó el trayecto político “en zig-zag” del gobierno de Schroeder, con “un paso adelante y dos atrás”, y aseguró que en conversaciones con Schroeder no le resultaba difícil llegar a un acuerdo sobre las reformas. “Las dificultades comenzaban cuando usted lo tenía que discutir con su gente”, dijo la presidenta de la CDU, que según el último sondeo ha perdido su liderazgo en cuanto a popularidad frente al canciller.
Schroeder –quien durante su intervención mostró un grave semblante– sólo pudo relajarse y hasta sonreír al escuchar el beligerante discurso del vicecanciller, Jos-
chka Fischer, brillante orador, que con afilados ataques a la oposición abrió la campaña electoral. La mayoría de los diputados verdes votó a favor de Schroeder. Pero uno de ellos, Werner Schulz, renunció a participar en la votación. Schulz pidió la palabra para volver a anunciar que presentará una demanda ante el Tribunal Constitucional si Koehler accede a disolver el Parlamento y convocara elecciones. “Lo que está sucediendo aquí es un proceso escenificado y absurdo”, dijo Schulz, con una vehemencia que fue censurada más tarde por sus correligionarios. Al término de la sesión, Schroeder salió de la sala rápidamente y sin hacer declaraciones, para dirigirse a la oficina del presidente Koehler y pedirle la disolución de la cámara y la convocatoria de elecciones anticipadas.
El presidente dispone ahora de un plazo de 21 días para decidir si disuelve el Bundestag. Por la “complejidad” de la cuestión, y el hecho de que la disolución del Parlamento no es automática en Alemania tras un voto de no confianza, su oficina adelantó en un comunicado que Koehler agotará este plazo. Si accede a la voluntad de Schroeder, deberá convocar a elecciones en un plazo máximo de 60 días, lo cual sólo deja la posibilidad de celebrarlas el 18 de septiembre, cuando el último de los estados federados haya regresado de las vacaciones escolares.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.