EL MUNDO
La pista de los sobornos que llegó a la (in)justicia
“Este gobierno terminó”, declaró contundentemente ayer Joao Pedro Stedile, coordinador de los Sin Tierra, ante unos escándalos de corrupción que amenazan anegar a toda la clase política brasileña.
Todas las acusaciones conducen al ex hombre fuerte de Lula, José Dirceu. La esposa del publicista que está en el ojo de la tormenta política en Brasil, Marcos Valerio, confirmó ante el Congreso lo declarado por su esposo: no sabe nada de las supuestas “mensualidades” pagadas por el Partido de los Trabajadores (PT) y el ex jefe de Gabinete, Dirceu, “sabía de los empréstitos”. Sin embargo, también se incorporó un conjunto de documentos en la investigación que confirma la existencia de sobornos pagados por el PT. Aunque en la misma comisión creen que el esquema ilegal está casi comprobado, para su sorpresa, ayer, otros documentos que llegaron al Congreso revelaron que las cuentas del publicista no sólo pagaron sobornos y financiaron campañas, sino que también incluyen a sectores del Poder Judicial y hasta a Organizaciones no Gubernamentales.
El diputado Oscar Serraglio, relator de la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI), admitió que los documentos recibidos son “pólvora pura” y aseguró que hasta ahora sólo se ha averiguado “un 10 por ciento”. Según una parte de los nuevos documentos, las empresas del publicista financiaron, igual que lo hicieron con el PT entre el 2003 y el 2004, al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) en las elecciones de 1998. El PSDB, que ese año llevó a su segundo mandato al ex presidente Fernando Henrique Cardoso, fue “ayudado” por Valerio al menos en la campaña de Eduardo Azeredo a la gobernación de Minas Gerais, el estado donde están las empresas del publicista. Otros documentos dicen que, en los primeros meses de este año, el Frente Nacional de Alcaldes, el Instituto de Magistrados de Brasilia y la Asociación de Jueces de la misma ciudad también recibieron dinero de las cuentas de Valerio. Otro beneficiario fue la Asociación Brasileña de Organizaciones no Gubernamentales. Recibió unos 208 mil dólares, según muestran los movimientos de cuenta del publicista. En ninguno de estos casos se ha podido determinar la razón de las transferencias.
En tanto, la comparecencia de la esposa de Valerio, Renilda de Souza, dejó gusto a poco. Sólo fue contundente en cuanto al rol que jugó Dirceu: “Lo único que me dijo es que el ex ministro José Dirceu estaba enterado de los préstamos. Yo le pregunté cómo lo sabía él, y él me dijo que hubo una reunión de la dirección del Banco Rural en Belo Horizonte con el ministro José Dirceu para solucionar el pago de esos préstamos”, relató ante los legisladores. Citada en su calidad de socia del publicista, declaró que su único “pecado” fue ser “demasiado pasiva” con las actividades de las empresas, y afirmó que su esposo “no es el único culpable”. No supo explicar cómo el patrimonio de su familia pasó de un millón y medio de dólares en el 2002 a 7 millones y medio de dólares en el 2004, coincidiendo con los dos primeros años de Inácio “Lula” da Silva en el gobierno. De Souza aseguró que su esposo tomó los préstamos a pedido del ex tesorero del PT, Delubio Soares, y lo hizo porque temía perder los contratos que sus agencias mantenían con órganos del gobierno.
A pesar de que los análisis califican de sobreviviente al presidente Lula, el coordinador del Movimiento de los Sin Tierra, Joao Pedro Stedile, sentenció: “Este gobierno ya terminó”. Según el dirigente de uno de los pilares sociales del PT, “si hubiera sido un gobierno que realmente hubiera hecho una política popular, el pueblo estaría en la calle defendiéndolo”.