EL MUNDO
Scotland Yard se palmea el hombro por los arrestos
La Policía Metropolitana de Londres, que ayer interrogaba a los tres detenidos del viernes, calcula que todavía hay unos 200 sospechosos listos para ejecutar ataques y se prepara para una nueva fase.
Por Marcelo Justo
Desde Londres
En medio de una clara satisfacción por la investigación de los atentados del 14 y 21 de julio, la policía británica advirtió ayer que la amenaza de nuevos atentados es muy concreta. En la estación policial de alta seguridad de Paddington, en el noroeste de Londres, las fuerzas de seguridad continuaban anoche con el interrogatorio de los tres detenidos durante los espectaculares operativos del viernes. Uno de los enigmas que desvela a los investigadores es la posible conexión de esta célula con una potencial red terrorista británica.
En los últimos 10 días la policía ha afectuado más de 20 arrestos, la mayoría directamente vinculados con los fallidos atentados del 21 de julio. Sin embargo, el cálculo oficial es que todavía hay unos 200 potenciales terroristas dispuestos a ejecutar nuevos hechos de violencia, aunque no está claro su nivel de operatividad en términos de explosivos y logística. Ayer en Leicester, norte de Inglaterra, las fuerzas de seguridad arrestaron a dos hombres bajo la ley antiterrorista, aunque aclararon que no estaban relacionados con los atentados de julio.
La investigación policial intenta también definir una tipología de los potenciales terroristas. El perfil de los detenidos y muertos en los atentados del 7 y 21 de julio no coincide con el que plantean muchos especialistas de seguridad. Más que tratarse de universitarios o profesionales desencantados con Occidente, la mayoría tiene características marginales que los acercan a los responsables de los atentados del 11 de marzo en España. Con la excepción del maestro de escuela Mohammad Sadique Khan, uno de los presuntos atacantes suicidas, responsable del atentado en el metro de Edgware Road el 7 de julio, el resto parece compartir un trasfondo de pobreza, bajo nivel educativo y alienación cultural, acompañado en algunos casos por episodios de delincuencia.
Entre los detenidos este viernes, Mukhtar Said Ibrahim, de 24 años, naturalizado británico, oriundo de Eritrea y presunto responsable de la bomba en el autobús 26, fue condenado a cuatro años de prisión en 1996 por robos violentos con arma blanca. El detenido en Roma por el fallido atentado de la estación de Shepperd Bush, el etíope Osman Hussain, vivió recientemente en un hogar especial para los sin techo. Uno de los responsables de los atentados del 7 de julio, Hasib Mir Hussain, de 18 años, tuvo una adolescencia particularmente revoltosa, por lo que la familia decidió enviarlo a Pakistán para que sentara cabeza.
Otro elemento preocupante que surge de la investigación policial es el origen claramente diferente de los responsables de ambos atentados. Con la excepción del jamaiquino convertido al islam Germaine Lindsay, el resto de la célula que ejecutó el 7 de julio eran de origen pakistaní. En el grupo del 21 de julio son todos de origen norafricano.
El jefe de la Policía Metropolitana, Sir Ian Blair, advirtió que sus fuerzas necesitaban más recursos para enfrentar la amenaza terrorista. Convertido en una verdadera estrella de los debates políticos televisivos, Sir Ian Blair reveló al programa político más importante del país, Newsnight, que la policía había analizado 15.000 casetes de los circuitos televisivos, había tomado casi 2000 declaraciones de testigos y respondido más de cinco mil llamados telefónicos. Combinado con un impresionante despliegue en las calles y los servicios de transporte público, Sir Ian Blair señaló que sus fuerzas estaban al límite. “Ha habido un sustancial incremento en tres áreas. Necesitamos más trabajo detectivesco. Necesitamos más personal que porte armas. El personal que tenemos necesitadescansar. Necesitamos más en el área forénsica y de antiexplosivos”, dijo Sir Ian Blair.