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Por Pablo Stefanoni
Desde La Paz

Vicepresidente de Hugo Banzer Suárez (ex dictador en los ’70 y jefe de Estado constitucional en los ’90), Jorge “Tuto” Quiroga asumió la primera magistratura a la muerte de éste en 2001 y hoy carga con el estigma de ser un representante del neoliberalismo y candidato de la embajada de EE.UU. Sin embargo, encabeza las encuestas, con algo menos del 20 por ciento –apenas encima de Samuel Doria Medina y de Evo Morales–. Luego de mantener un prolongadísimo silencio, incluso durante la grave crisis de junio pasado, volvió al ruedo político. Su programa incluye algunas propuestas audaces, como las “autonomías indígenas”. “Bolivia es demasiado pobre para ortodoxias de derecha”, repite como un antídoto contra la imagen del “Tuto neoliberal” de la que quiere deshacerse. Esto fue su diálogo con Página/12.
–¿El silencio es una forma de discurso político? En América latina hay dos líderes que han hecho del silencio una forma de expresión: usted y el subcomandante Marcos, en México.
–Caramba... Bueno, puede ser una elocuente forma de hacer discurso. Pero yo creo que, más que eso, es una opción que yo escogí y no fue por cálculo. Había que buscar una nueva forma de hacer política y me parece que esos nuevos hábitos deben ser extensivos a la forma de dejar el gobierno. Lo normal era que uno dejaba el gobierno y, al día siguiente, empezaba a criticar, a insultar, y la población boliviana está cansada de eso. Yo no soy comentarista de jugadas ajenas.
–Pero hubiera sido más que un comentario su opinión...
–No, créame que no..., más aún, lo contrario. A veces se confunde hablar con trabajar.
–Pero, ¿por qué no pronunciarse frente a crisis graves como las que vivió el país?
–Yo estuve prácticamente dos años afuera. En su momento, he dicho con claridad que no me iba a jubilar a los 42 años... y estaba trabajando. Y en los últimos cuatro meses, todo fue un maremágnum de polarizaciones, antagonismos, declaraciones... y yo no tengo vocación de analista.
–Algunos dicen que usted tiene una visión empresarial de la política, que piensa la política como managment...
–Jamás he sido un empresario próspero, creo que hay otros proyectos que encarnan eso (se refiere al empresario del cemento, Samuel Doria Medina, candidato de Unidad Nacional).
–Casi todos lo perciben como el candidato de la derecha...
–En Bolivia, en los últimos 15 años, el proyecto derechista grande y poderoso fue el proyecto gonista (por Gonzalo Sánchez de Lozada), que yo jamás he compartido. Pero muchos de los que hoy me critican lo han apoyado, incluso algunos que se dicen de izquierda (se refiere al alcalde de La Paz, Juan del Granado). Caído el árbol, quieren hacer leña del árbol caído y, como si fuera la noche de San Juan, meterme a mí a la fogata.
–En ese caso, ¿por qué no hizo más desde su gestión (2001-2002) para revertir los efectos de la capitalización (una variante de la privatización)?
–El tema es que es muy difícil y costoso hacer reversiones. Irresponsable no soy. El tema de fondo es que la reversión absoluta provoca que uno se quede entrampado en juicios y arbitrajes que hacen mucho daño. Hicimos los ajustes que eran necesarios y los temas que estaban mal se cambiaron, por ejemplo eliminamos el monopolio en el negocio telefónico.
–Pero, por ejemplo, usted privatizó las refinerías...
–Parte de lo que era el esquema de desarrollo de Bolivia era traer inversión extranjera al sector productivo y sigo creyendo en eso. Atraer la inversión al sector productivo, garantizando el máximo beneficio para el Estado, para volcar más recursos a la reducción de la pobreza y al incremento de la productividad de los diferentes sectores.
–¿Qué diferencia hay entre el “nuevo” Tuto y el vicepresidente de Hugo Banzer?
–Los momentos son diferentes y no podemos seguir trabajando con ópticas del pasado. Lo que empezó siendo un sistema de partidos algo fragmentado pero que permitía acuerdos de gobernabilidad, con el transcurrir de las elecciones se transforma en mera repartija de cargos. Entonces, la solución no puede pasar por fortalecer las viejas siglas.
–¿Considera a Hugo Banzer su maestro político?
–No, Banzer y también (el ex presidente) Jaime Paz Zamora fueron dos personas que me dieron oportunidades y yo soy muy reconocido...
–¿Usted apoya la implementación de una segunda vuelta (frente al actual ballottage en el Congreso)?
–La he pedido clamorosamente hace mucho tiempo pero, hasta ahora, no he tenido respuesta. Le pido al electorado que dé un mandato claro, que es lo que el país necesita. Si mi nombre queda en segundo lugar voy a retirarme de la competencia.
–¿Respetará su palabra aunque gane Evo?
–Quien sea. Hoy hay opciones claras: está la opción del cuoteo político (acceder al poder mediante acuerdos en el Parlamento), está también la opción “si no gano, bloqueo” (se refiere al MAS)... Si los bolivianos quieren eso que lo vean, yo estoy convencido de que hay posibilidades de otra opción política.
–¿Si gana Tuto vuelve la guerra contra la coca?
–Yo me manejo por principios y uno de los enemigos del país es el narcotráfico. Y, como es sabido, la coca del Chapare tiene como destino el narcotráfico.
–Usted rompió parcialmente su silencio con tres cartas al presidente venezolano Hugo Chávez... En una entrevista anterior Evo Morales preguntó ¿por qué Tuto no envía cartas a George Bush pidiéndole que deje de matar en Irak?
–Seguramente hay muchas cosas que decir, pero yo tengo que defender los intereses de mi país, si alguien quiere ir a preocuparse de lo que pasa en Irak o Afganistán podría hablar horas, pero ése no es el tema.
–Pero la Embajada de Estados Unidos también interviene en Bolivia...
–Claro, a favor del MAS, lapidaria y tristemente... No sé por qué se quejan, la injerencia finalmente repercutió en favor de ellos. En las cartas a Chávez rechazo cualquier injerencia en mi país. A mí no me parece aceptable que un jefe de Estado de otra nación sea jefe de campaña en nuestro país... No me gusta que nos tomen por tontos. Que nos prometan mar y que después sean jefe de campaña de Chile en la OEA. Que nos hablen de la cuestión gasífera todos los días y que después propongan alternativas de suministro a nuestros mercados (mediante el anillo energético) porque Bolivia “no es confiable”, justamente producto de movilizaciones que eran bien vistas por el gobierno de Chávez.
–El caso es que Miguel Insulza fue el candidato que le ganó al de EE.UU...
–Es que nuevamente es Irak, México..., tema de otros. ¡Bolivia!, el tema era que lo que le convenía a Bolivia... ¿Le convenía un Insulza? No, señor. Nunca había llegado un chileno a la OEA.