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“Yo no le voy a pedir a nadie nada..., no voy a pedir que compartan mi opinión..., cada cual que actúe a conciencia”, declaró ayer el presidente uruguayo Tabaré Vázquez en referencia a la ratificación del Tratado de Inversiones con Estados Unidos, aunque simultáneamente le recordó a su bancada que el gobierno había quedado comprometido con Washington en la Cumbre de las Américas y que, por lo tanto, el Congreso debía aprobarlo antes de fin de año. El acuerdo comercial ha provocado la primera gran división dentro del Frente Amplio (FA), ya que un sector del Movimiento de Participación Popular (MPP) –ex tupamaros– y el Partido Comunista (PC) se niegan a apoyarlo. El otro gran anuncio de ayer fue el reemplazo de Angel Bertolotti, el jefe del Ejército, por el general Carlos Alejo Díaz Moussampes.
En Mar del Plata, Tabaré había conseguido reformar el tratado en tres puntos muy controversiales, sin embargo, para sectores de la izquierda del FA, como el senador del PC, Eduardo Lorier, “las modificaciones no son sustanciales y no dan el tono para cambiar nuestra posición contraria al tratado, por lo que decidimos argumentar y votar en contra en la sesión de mañana en el Senado”. Anoche, la Cámara alta se disponía a dar media sanción al tratado luego de una reunión de más de dos horas de la bancada oficialista en la que se votó por 12 a cinco votos un mandato obligatorio para votar a favor. El MPP lo respetará, pero Lorier todavía es incierto.
Tabaré tuvo que recurrir a instar públicamente a los legisladores a apoyarlo luego que la Mesa Política del FA fracasara, por segunda vez, en conseguir un consenso entre todos los sectores. El grupo disidente ya había convocado un plenario para febrero, lo que retardaría aún más la ratificación parlamentaria.