Lunes, 27 de febrero de 2006 | Hoy
EL MUNDO › PREACUERDO MOSCU-TEHERAN POR LA CRISIS NUCLEAR
Rusia e Irán acordaron en principio la creación de una empresa mixta dedicada al enriquecimiento de uranio. Serviría para supervisar el cuestionado programa nuclear de los ayatolas.
Por Anne Penketh *
Irán intentó detener ayer la creciente presión internacional que existe sobre su programa nuclear, al anunciar un preacuerdo con Rusia para enriquecer uranio de manera conjunta. Sin embargo, el acuerdo –que fue anunciado una semana antes de que el ente regulador nuclear de la ONU se reúna otra vez en Viena para decidir si apoyará una acción del Consejo de Seguridad contra Teherán– dejó varios interrogantes sobre las verdaderas intenciones de Irán, por lo que el jefe negociador iraní aseguró que tendrán que seguir conversando.
Un vocero de la Cancillería británica dijo que no había “nada que indicara” que Irán ha respondido a las demandas de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), y particularmente, reafirmó su insistencia en que Irán vuelva a suspender todas las actividades relacionadas con el enriquecimiento de uranio. Diplomáticos británicos y estadounidenses acusaron a Irán de intentar ganar tiempo con las negociaciones con Rusia –para comprometerse a un trato bajo el cual el uranio sería enriquecido fuera de Irán– como parte de una empresa conjunta. El gobierno iraní tampoco mostró ninguna señal de querer renunciar a su enriquecimiento de uranio doméstico que, eventualmente, podría llevar a la producción de combustible para una bomba nuclear.
Con comentarios que tal vez no atenuarán las preocupaciones occidentales, el jefe de Energía Nuclear iraní, Gholamreza Aghazadeh, les dijo a los periodistas en el puerto de Bushehr, en el sur iraní, que su país impondría una “precondición” no especificada en el acuerdo. Un diplomático de la Unión Europea declaró a la agencia de noticias Reuters que muy probablemente la precondición será que Teherán insista en su derecho a enriquecer su propio uranio, además del enriquecimiento en Rusia, lo que sería inaceptable para los europeos y Estados Unidos.
Rusia insiste en que su oferta para una empresa conjunta está condicionada a que Irán acceda a retornar a la moratoria de las actividades de enriquecimiento. La decisión de Irán de terminar la suspensión voluntaria de dos años, después de la elección del año pasado de su presidente de línea dura, Mahmoud Ahmadinejad, provocó una crisis internacional y ya llevó a que Irán fuera remitido al Consejo de Seguridad de la ONU por decisión del consejo de gobernadores de la OIEA.
El consejo compuesto por 25 naciones, que se reunirá nuevamente el 6 de marzo, decidirá la semana próxima, si le pedirá al Consejo de Seguridad que tome medidas concretas para obligar a Irán a aceptar las demandas de la OIEA sobre su programa nuclear. Konstantin Kosachev, presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara baja rusa, sugirió ayer que Teherán estaba prolongando deliberadamente las negociaciones y que era improbable que clarificara su posición antes de la reunión del 6 de marzo. Rusia está ayudando a Irán a construir un reactor nuclear “seguro” de agua liviana en Bushehr. Sergei Kiriyenko, el jefe de la agencia de energía nuclear rusa Rosatom, hablando en una conferencia de prensa conjunta con Aghazadeh, destacó que Irán todavía debe tomar “serios pasos” antes de que se pueda completar el acuerdo –en una aparente referencia a un retorno a una suspensión del enriquecimiento de uranio–.
Irán reabrió su planta de enriquecimiento de uranio en Natanz al comienzo de este año. El director general de la OIEA, Mohamed El Baradei, se espera que entregue un informe sobre el cumplimiento iraní de las demandas de la organización en la próxima reunión de consejo. Hasta ahora, Rusia sostiene que mientras apoyó que Irán fuera remitido al Consejo de Seguridad, se opone a un mayor involucramiento del consejo.
No obstante, diplomáticos británicos dijeron la semana pasada, que a la luz de las aparentes tácticas de dilación iraníes, los rusos podrían estar preparados para apoyar alguna acción del Consejo de Seguridad de la ONU. La semana anterior, el canciller francés, Philippe Douste-Blazy, acusó a Irán de tener un programa nuclear militar, y el vicecanciller británico,Kim Howells, cuestionó abiertamente la insistencia iraní de que su programa nuclear no está dirigido a construir una bomba. A pesar que el presidente Bush asegura que todas las opciones siguen en la mesa –incluyendo la militar– y que una acción unilateral de Israel no puede ser descartada, los diplomáticos europeos quieren aumentar gradualmente la presión sobre Irán a través del Consejo de Seguridad de la ONU, que tiene el poder de ordenar sanciones, si Teherán no cumple con las demandas de la OIEA.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Laura Carpineta.
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