Lunes, 27 de febrero de 2006 | Hoy
EL PAíS › RADIO PASILLO
El Corcho, descorchando. Por muy poco no fue Bontempo. Telerman tuvo su foto. Borocotó, sin presupuesto. Rodríguez, chapeando. D’Elía dio en la clave. El aparte de Bielsa y Conti.
Por Diego Schurman
Simpatía por el diablo
El Corcho Rodríguez, además de haber sido novio de Susana Giménez, es un viejo amigo del ex funcionario menemista, el actual diputado Hugo Franco. Con él comparte la pasión por las motos y también por la política, ahora detrás del proyecto del puntano Adolfo Rodríguez Saá. Claro que esos menesteres no le impiden darse algunos gustos. La semana pasada, por ejemplo, compartió, en el recital de los Rolling Stones, un palco con el dueño de editorial Atlántida Costi Vigil, el vocero menemista Fernando Szereszevsky y Alan Faena. Este diseñador y llamativamente próspero empresario hotelero aprovechó la ocasión para invitar al palco a Charly García. El músico había llegado al estadio por invitación personal del presidente de River, José María Aguilar.
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El candidato que no fue
¿Qué se dice por estas horas del conflicto de Santa Cruz en Casa de Gobierno? No demasiado y menos en voz alta. Pero se había vuelto recurrente una versión que indicaba el interés de Néstor Kirchner de imponer un ministro de gobierno propio en la provincia que hoy gobierna Sergio Acevedo. El primer nombre que se hizo circular es el de un ex funcionario santacruceño, Juan Antonio Bontempo, un pingüino que cultiva el bajo perfil y que hoy tiene despacho en el primer piso de la Casa Rosada como coordinador general de la Unidad Presidente. Pero, finalmente, se conoció que ese lugar será ocupado por Elsa Capuchinelli, una mujer de excelente relación con el Presidente. Se trata de una militante setentista, ex empleada de la Justicia provincial, que posicionó al gremio del sector –referenciado en la CTA– convirtiéndolo otrora en el mejor remunerado.
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Contacto
Finalmente, después de cuatro meses, Jorge Telerman tomó contacto con Néstor Kirchner. Ocurrió el martes, en la Casa Rosada, durante aquel acto donde el Presidente saludó con un caluroso “amigo Aníbal” al suspendido jefe de Gobierno porteño Aníbal Ibarra. Telerman, quien relevó a Ibarra en el cargo –por el momento de manera provisoria–, había sido invitado telefónicamente por el secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli. Sus voceros aseguraron que no se habló allí del juicio político a Ibarra y que, en cambio, desde el Gobierno le dejaron entrever la preocupación por el aumento de las cuotas de los colegios privados.
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Preguntas
¿Qué hacía el mediático historiador Felipe Pigna en la Casa Rosada? ¿Por qué Eduardo Lorenzo Borocotó no cuenta con presupuesto para nombrar asesores como el resto de los diputados?
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Chapeando
Enrique Rodríguez no pudo seguir su marcha. Cuando se disponía a ingresar al court central del Parque Roca, donde el equipo argentino de tenis disputaba su match con el de Suecia, lo pararon en seco. “Sin identificación no puede pasar”, le advirtieron. Sorprendido, el titular de la Corporación Buenos Aires Sur, team sponsor de la Copa Davis, reprendió al hombre de seguridad. “¡¡¡¿Usted sabe quién soy?!!!” subió la voz primero, intentando hacer valer su autoridad. “Pero ¡¡¡¿usted sabe a quién le está hablando?!!!” siguió encolerizado. El empleado, cumpliendo su deber, ni se inmutó e insistió en pedir la identificación. Por suerte, cuando el semblante de Rodríguez ya se tornaba rojo tomate, un tercero intervino para aclarar los tantos. Y el tema no pasó a mayores.
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En clave
En vísperas de su asunción en la subsecretaría de Tierra para el Hábitat Social, Luis D’Elía contaba a propios y extraños su bronca por la manera en que trataban su ingreso al Gobierno en Radio 10, la emisora de Daniel Hadad. Nadie sabe exactamente cómo fue, pero abruptamente, a partir de una cadena de intermediaciones que terminó en un influyente hombre del poder, ese tipo de cobertura que consideraba interesada comenzó a cambiar de rumbo y el maltrato al que aludía el piquetero dejó de ser tal.
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Diálogo
En el recinto, cuando el tema que todo lo absorbía era la discusión por la reforma del Consejo de la Magistratura, los diputados Diana Conti y Rafael Bielsa mantuvieron el siguiente diálogo a partir de la junta de firmas para hacer una solicitada de apoyo al suspendido jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra.
–Rafa, no te mandé el texto de apoyo a Aníbal, no para dejarte afuera, sino porque me imaginé que no lo ibas a querer firmar.
–Te imaginaste bien, Diana. Con la razón, estoy de acuerdo con un juicio político que respete los derechos de Aníbal y el de conocer la verdad; con el corazón, no puedo sino estar con el dolor de los familiares.
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