EL MUNDO › GEORGE W. BUSH Y EL PLAME GATE

Garganta profunda

Por Andrew Buncombe *
Desde Washington


El alto funcionario de la Casa Blanca acusado de obstruir una investigación federal sobre una filtración ha dicho a los fiscales que el presidente George W. Bush autorizó la divulgación a la prensa de inteligencia clasificada sobre el supuesto arsenal armamentístico de Irak. Lewis “Scooter” Libby, el ex jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney, testificó que le habían dado permiso para compartir los contenidos de un Cálculo de Inteligencia Nacional (NIE, por sus siglas en inglés) sobre las capacidades de las armas de Saddam Hussein. También había sido autorizado para hablar de Joseph Wilson, un ex embajador que había criticado públicamente la conducta de Bush sobre Irak. Las declaraciones de Libby están contenidas en papeles de la corte que fueron hechos públicos ayer. Sin embargo, no hay nada en los papeles que sugiera que Libby haya dicho que Bush o Cheney lo autorizaron a revelar la identidad de la esposa de Wilson, Valerie Plame, una agente secreta de la CIA.

Libby fue acusado en octubre pasado con cinco cargos en relación con la filtración de la identidad de Plame –lo que constituye un delito federal–. Entre los cargos –de los cuales Libby se declaró inocente– se encuentran perjurio y obstrucción de la Justicia, aunque no ha sido acusado directamente de haber filtrado la identidad de Plame. El testimonio de Libby ante un gran jurado antes de que fuera acusado revela que la autorización de Bush lo llevó a hablar con Judith Miller, entonces una periodista del New York Times, y a discutir con ella los contenidos del NIE. Miller, que escribió una serie de artículos sobre las supuestas capacidades armamentísticas de Saddam que probaron ser totalmente erróneas, pasó 85 días en prisión el año pasado luego de negarse a revelar sus fuentes a los investigadores.

Posteriormente testificó ante el fiscal federal Patrick Fitzgerald, luego de recibir permiso personal de Libby de identificarlo como fuente de parte de su información. Los documentos, hechos públicos por los fiscales a pedido de los abogados de Libby, contienen una declaración de Fitzgerald que dice: “El acusado testificó que fue autorizado específicamente antes de la reunión para revelar los juicios clave del clasificado NIE a Miller en esa ocasión, porque se pensaba que el NIE era ‘bastante definitivo’ contra lo que había dicho el embajador Wilson y que el vicepresidente pensaba que era ‘muy importante’ que los juicios clave del NIE se dieran a conocer.” Dice que Libby primero rechazó la sugerencia de Cheney de revelar la información porque era clasificada, pero que el vicepresidente dijo que el permiso para la revelación vino directamente de Bush. “El acusado testificó que el vicepresidente luego le informó que el presidente había autorizado al acusado a revelar las partes relevantes del NIE”, escribe Fitzgerald.


* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Virginia Scardamaglia.

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