Lunes, 18 de septiembre de 2006 | Hoy
EL MUNDO › DOS ACUSACIONES INVOLUCRAN AL OFICIALISMO Y A LA OPOSICION
A trece días de las presidenciales de Brasil, el PT de Lula es acusado de traficar información y el líder opositor, José Serra, de formar parte de una trama de corrupción.
Por Darío Pignotti
Desde San Pablo
Dos acusaciones, una comprometiendo al oficialismo, otra a la oposición, pueden adueñarse de los 13 días de campaña que restan hasta las elecciones del 1º de octubre en Brasil. La primera afecta al oficialista Partido de los Trabajadores (PT), sospechado de negociar con empresarios corruptos la venta de un dossier con información sensible. La segunda alcanza, de lleno, al líder opositor José Serra y al gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1994-2002), involucrados por un semanario y por el citado dossier, en una trama corrupta, la “mafia de los chupasangres”, que era atribuida sólo a la actual administración. Hoy se verá si esas dos chispas hacen arder, o no, una disputa que no logra emocionar a los electores.
El presidente y candidato a la reelección, Luiz Inácio Lula da Silva, y su rival más importante, Geraldo Alckmin, percatados de que las denuncias pueden influir en la carrera hacia el Palacio del Planalto, reaccionaron de inmediato. Lula consideró “repudiable” el tráfico de información que pueda ser empleado para chantajear a rivales y recordó que el PT ya había sido víctima de esas maniobras. Afirmó desconocer al petista acusado por la policía federal de negociar la compra de un maletín con DVD, disquetes y documentos al tiempo que encomendó el esclarecimiento a sus ministros. Ayer el responsable de Relaciones Institucionales, Tarso Genro, anunció que todo será investigado. Es decir, tanto quién mandó a comprar el maletín cuanto las posibles conexiones del anterior gobierno con el hampa. El viernes había sido detenido con 1,7 millón de reales (800 mil dólares) un afiliado petista del estado de Mato Grosso, en compañía de un abogado, que señaló a la dirección partidaria como fuente del dinero. Con ese importe, según confesó ante la policía federal, comprarían un maletín de informaciones al empresario Luiz Antonio Vedoin, quien en conludio con diputados, intendentes y ministros montó un esquema de venta de ambulancias sobrefacturadas, por lo que el grupo recibió el mote de la banda de los “chupasangres”. Hay 72 congresistas procesados en el Consejo de Etica del Congreso por participar en esa trama.
El candidato socialdemócrata a la presidencia, Geraldo Alckmin, igual que su correligionario Serra, postulante al gobierno de San Pablo, cargaron contra la supuesta participación oficialista en el tráfico de información. En directa alusión a otros casos como la detención el año pasado de un petista con 100 mil dólares ilegales, Alckmin, que en los últimos sondeos midió 29 puntos contra 50 de Lula, dijo que cuando se va “al submundo del crimen, (siempre) se encuentra a alguien del PT”. Ayer en un acto en Brasilia llegó a vincular al PT con la organización criminal PCC, que comanda las rebeliones en la cárceles paulistas. Serra no golpeó tan abiertamente al PT, se dijo víctima de un “juego sucio”, evitó dar explicaciones sobre las acusaciones en su contra y anunció que procesará al fabricante de ambulancias Luiz Vedoin.
Finalmente, ayer por la tarde, un sitio de Internet divulgó tramos del dossier tan temido. Se ve a Serra confraternizando con los mismos diputados que en el Congreso manipulaban las enmiendas al presupuesto para beneficiar a la mafia de Mato Grosso, estado del centrooeste. Minutos después de que las imágenes entraran en la web, el vicepresidente de la Comisión Parlamentaria de Investigación anunciaba que de aquí en más no se limitará a lo ocurrido desde que asumió Lula. Raúl Jungmann pedirá hoy a las autoridades los documentos secuestrados, que podrían comprometer seriamente al ex ministro de salud de Fernando Henrique Cardoso, José Serra.
En principio el contenido del dossier está en línea con las declaraciones del empresario Vedoin a la revista Isto E el sábado pasado. El “arrepentido”, que no había involucrado al socialdemócrata Serra, ahora afirma que fue durante la gestión de aquél cuando mejor funcionó el armado de corrupción.
Fuentes del PT oídas por este diario dijeron, como era obvio, “nosotros no mandamos a comprar el dossier”. Les preocupa que este incidente ensucie una campaña que mostraba a Lula 11 puntos arriba de los votos de toda la oposición sumada, con lo que vencería en primera vuelta. Pero lo que más asusta al oficialismo es que se imponga el vale todo y eso dé paso a un “efecto Miriam Cordeiro”, una ex novia de Lula que en 1989, sobornada por el candidato Fernando Collor de Mello, afirmó que el petista la había obligado a abortar.
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