EL MUNDO
Cocinando a fuego lento al primer ministro turco
Turquía estuvo ayer al borde del abismo por la crisis de gobierno, pero el FMI logró cierta estabilidad cuando se confirmó a Kemal Dervis como ministro de Economía.
Ayer el gobierno turco tuvo su debacle final, pero terminó postergándola. Mientras el canciller Ismail Cem confirmaba su renuncia al cargo y su salida del partido gobernante, el ministro de Economía, Kemal Dervis, se sumó durante un par de horas a la andanada de dimisiones, dejando al premier Bulent Ecevit sin el único peso fuerte que le quedaba. Sin embargo, bajo la presión de una misión del FMI que llegó ayer a Ankara, Ecevit rechazó la renuncia de Dervis, por la que el ministro, artífice de los acuerdos con el mismo FMI para un salvataje que por ahora se muestra endeble, seguirá en el cargo. Pero todo indica que Ecevit está por caer: los diarios turcos revelaron una reunión, anteayer por la noche, entre Dervis, Cem y uno de los ministros más fuertes entre los renunciantes, Husamettin Ozkan. La idea de ellos sería volver a formar la coalición de gobierno y eyectar a Ecevit, que está gravemente enfermo, para evitar la convocatoria a elecciones anticipadas en noviembre próximo. El peligro, para la clase política turca, es el avance del islamismo.
A esa misma amenaza recurrió Ecevit para justificar su decisión de no dejar ir a Kemal Dervis. “El DSP (Partido Demócrata de Izquierda, partido de Ecevit) es el garante del laicismo, de la democracia y de la independencia en Turquía. Algunos diputados han caído estos últimos días en la trampa de ciertos medios que quieren destruir su partido”, declaró Ecevit en su primer enfrentamiento directo con las cámaras desde el comienzo de la crisis, el fin de semana pasado. Antes, sólo había hablado a medios gráficos. “Dervis no rechazó nuestro pedido de que se quedara, sólo tuvo en consideración sugerencias del presidente. Estoy feliz por lo sucedido”, declaró Ecevit. A medida que va pasando la crisis, está cada vez más claro que el obstáculo del gobierno para seguir al frente del país es justamente su premier. Ausente desde mayo por problemas de salud, Ecevit buscó ayer dar la impresión de fortaleza diciendo que postergaba un control médico “por temor a nuevas especulaciones acerca de mi estado de salud”. De todos modos, las especulaciones no cesan y ayer apareció una más bien risueña: Ecevit desmintió las versiones sobre un cambio de hospital de su parte porque el director del actual en el que se trata, Baskent, es amigo del ex vicepremier Ozkan.
El asunto es que Ecevit perdió ayer a Cem, una de las figuras más respetadas del gabinete, con proyección internacional y habiendo cumplido papeles muy importantes en el mejoramiento de las relaciones con Grecia. El lunes había perdido a Ozkan, un personaje clave para mantener unida la coalición gobernante de tres partidos. Si se confirmaba la renuncia de Dervis, Ecevit perdía a las tres figuras que consiguieron el paquete de rescate del FMI, que asciende a 16 mil millones de dólares para dos crisis que estallaron el año pasado y a principios de éste.
La Bolsa de Ankara y la lira turca dejaron ayer de caer. “En todos los escenarios, Dervis seguirá al frente de la economía, para mantener la relación de Turquía con el FMI”, dijo el periodista del diario Radikal Enis Berberoglu. Ecevit ya perdió a siete ministros y su mayoría parlamentaria, incluyendo una fractura dentro de su propio partido. Ahora las apuestas pasan por Ozkan y Cem.