EL MUNDO › PRIMER ATAQUE PALESTINO DESDE LA REOCUPACION DE CISJORDANIA
Terror en las carreteras de la muerte
Diversas facciones palestinas se adjudicaron ayer un atentado contra colonos judíos que dejó 7 muertos y 20 heridos. Es el primer ataque fatal desde la reocupación de Cisjordania en junio, y frustró una nueva iniciativa de paz.
Por Suzanne Goldenberg *
Desde Emmanuel, Cisjordania
El ataque fue planeado con precisión mortífera. Una bomba al borde de un camino detuvo abruptamente al ómnibus 189 al lado de una solitaria colina, y tres palestinos armados, vestidos en uniformes de fajina verde oliva, similares a los usados por el ejército israelí, hicieron bajar a los pasajeros a los empujones. Ayer, una operación estilo comando, el primer ataque fatal desde que el 20 de junio el ejército israelí invadió Cisjordania y ocupó siete ciudades palestinas, mató a siete personas e hirió a 20, incluyendo una mujer en su noveno mes de embarazo, que dio a luz por medio de una cesárea.
Los aislados caminos en esta parte de Cisjordania han sido lugares de muerte para los colones judíos desde el comienzo de la Intifada palestina hace 22 meses. En diciembre pasado, un único hombre armado mató a 10 israelíes en una emboscada a un ómnibus en este mismo terreno, y la gente de Emmanuel tomó sus precauciones. El ómnibus 189 estaba blindado: suficientemente defendido, se pensó, de los tiroteos en carreteras por los militantes palestinos. Pero no llevaba guardias. Cuando la bomba explotó a las 2.45 de la tarde, detonada por un control remoto oculto en la maleza que bordea estas colinas rocosas, el vehículo siguió rodando varios metros. Pero la pesadilla no terminó ahí. Cuando los pasajeros trataron de escapar, tranquilizados quizá por la visión de tres hombres en uniforme del ejército, los hombres armados se acercaron a una corta distancia y tiraron granadas de fabricación casera dentro del ómnibus.
“Forzamos la puerta del ómnibus –le dijo a los reporteros Yitzhak Kaufman, un paramédico israelí–. Era una escena espantosa. Había mujeres y niños en el piso, sangrando y pidiendo ayuda.” El ataque siguió durante varios minutos antes de que los tres palestinos bajaran corriendo por la ladera y desaparecieran. Mataron a varios niños e hirieron a dos de 12 años y a un bebé. “Cuando llegué ahí, el humo tenía 10 metros de alto y por la explosión las piedras volaban por todo el camino”, dijo Yitzhak Yazdi, un taxista. “Vi a dos terroristas que escapaban corriendo por el camino y se ocultaron detrás de una roca.” Avrams Cohen, el jefe de seguridad del ultraortodoxo asentamiento judío, dijo que corrió a la escena en su auto cuando un pasajero herido se acercó al portón de asentamiento. “Dijo que había habido un ataque terrorista –le dijo Cohen al canal 10 de noticias de Israel–. Manejé ... hasta el ómnibus y abrí la puerta de mi auto y no vi a nadie. Esperé un poco y de pronto tres soldados israelíes emergieron desde detrás del ómnibus. Les pregunté si los podía ayudar, pero antes de que terminara la frase, los tres comenzaron a dispararme.” Dijo que había corrido hasta su automóvil blindado, lo puso marcha atrás y así se dirigió al asentamiento donde el motor se fundió antes de que llegara a un lugar seguro.
Después de la emboscada, un helicóptero del ejército israelí sobrevoló las colinas tratando de encontrar rastros de los hombres armados, y docenas de jeeps del ejército se reunieron en un centro de comando cercano. Los trabajadores de emergencias, con trajes de plástico blancos levantaban restos humanos del camino. El ómnibus estaba haciendo un recorrido regular desde Bnei Brak, una ciudad en el centro de Israel que es un centro ultraortodoxo. La mayoría de las 400 familias en Emmanuel son judíos ultra ortodoxos que creen que la colonización judía de Cisjordania es parte de la misión de Dios. El puesto de avanzada ilegal es uno de los más aislados en Cisjordania, pero el blindaje del ómnibus le dio a los pasajeros una sensación de seguridad.
Ayer, hasta eso se destruyó. El ómnibus está detenido al lado de la colina con sus ventanas destrozadas, y hay pedazos de vidrio regados en el camino que lleva a Emmanuel. Los pastos que bordean el camino estaban manchados con sangre. Pedazos del ómnibus cayeron al valle. “Un asesinato puro, una emboscada de terror –dijo el comandante de policía deCisjordania, Shachar Ayalon–. Su objetivo era matar y estuvo organizado y apoyado por la Autoridad Palestina.”
El momento elegido del ataque será un tema embarazoso para el jefe del ejército de Israel, general Moshe Yaalon, que asumió su función este mes. Sólo unas pocas horas antes hizo su primera aparición ante un comité parlamentario, donde dijo que la ocupación del ejército en Cisjordania había evitado ataques sobre Israel. La aparente calma en los ataques suicidas y los ataques con disparos dejó lugar a señales de que el ejército israelí estaba contemplando relajar el toque de queda constante en que ha mantenido a 700.000 palestinos virtualmente prisioneros durante casi un mes. Ayer se hablaba de recortar el toque de queda nocturno a 12 horas y de permitir a los trabajadores palestinos regresar a sus trabajos en Israel después de casi dos horas. Pero, después del ataque de ayer, hay pocas perspectivas de eso.
Aunque Yasser Arafat ha condenado repetidamente los ataques suicidas en las ciudades israelíes, los colonos son considerados como blancos legítimos por los grupos armados palestinos. La administración Arafat se diferenció de la forma anterior condenando el atentado de ayer, pero tres grupos armados palestinos rápidamente se adjudicaron la responsabilidad: el grupo militante islamista Hamas, y las Brigada de los Mártires de alAqsa que están aliados al movimiento Fatah de Arafat, y una facción más pequeña y relativamente más débil, el Frente Democrático para la Liberación de Palestina.
Lo sofisticado del ataque significa que puede haber sido una operación conjunta. También sugiere que los hombres armados tenían entrenamiento militar y podrían haber sido en algún momento, miembros de las fuerzas de seguridad palestinas, un detalle que tendría más peso que la condena de Arafat.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère