Viernes, 15 de diciembre de 2006 | Hoy
EL MUNDO › UN CONDENADO EN FLORIDA RECIBIO UNA DOBLE DOSIS LETAL
Por Andrew Buncombe *
Desde Washington
Activistas en contra de la pena de muerte sacaron partido de una ejecución realizada en Florida, donde un preso tardó más de media en morir y requirió una segunda dosis de químicos letales. Testigos dijeron que Angel Nieves Díaz, de 55 años, un portorriqueño condenado por matar al gerente de un bar de topless en Miami hace 27 años, pareció hacer una mueca antes de morir. Funcionarios afirmaron que pasaron 34 minutos hasta que fue declarado muerto y que sucedió sólo después de que le fuera administrada una segunda dosis de tres químicos.
Una vocera del Departamento de Correcciones de Florida, Gretl Plessinger, dijo que la segunda dosis había sido requerida porque Díaz sufría de una condición del hígado que alteró la acción de los químicos. “Lo teníamos previsto. El metabolismo de las drogas al hígado se vio disminuido”, le confió a la prensa. Pero Mark Elliot, del grupo Habitantes de Florida por Alternativas a la Pena de Muerte, dijo que la ejecución mostró que el preso estuvo consciente después de la administración de una dosis supuestamente letal. “Testigos dijeron que se movía y trataba de hablar”, afirmó. “Esto muestra que a Florida no le corresponde estar en el negocio de las ejecuciones. Nuestro sistema está destruido de arriba abajo.”
En una declaración, el gobernador de Florida, Jeb Bush, dijo que el estado siguió los procedimientos adecuados. “Una condición médica preexistente del recluso fue la razón para que el procedimiento de esta noche tardara más tiempo que procedimientos recientes llevados a cabo este año”, agregó. Pero la prima de Díaz, María Otero, afirmó que su familia nunca supo que sufriera de una enfermedad del hígado. “¿Por qué le administraron una segunda dosis?”, preguntó. Irónicamente, la última apelación de Díaz a la Corte Suprema estadounidense desafió los químicos utilizados en la ejecución alegando que constituían “un castigo cruel e inusual”. Su apelación fue rechazada una hora antes de que comenzara la ejecución. Momentos antes de morir, Díaz negó una vez más su participación en el asesinato de 1979.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Virginia Scardamaglia.
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