Viernes, 15 de diciembre de 2006 | Hoy
EL PAíS › POR 133 VOTOS CONTRA 34 DIPUTADOS APROBO LA NUEVA LEY
Luego de muchas horas de sesión, la Cámara de Diputados aprobó anoche la nueva Ley de Educación por amplia mayoría. La oposición cuestionó que el proyecto no contemple cómo harán las provincias para aumentar su presupuesto educativo.
Por Miguel Jorquera
Pasaron más de 40 oradores y once horas de discursos y escaso debate, para que la Cámara de Diputados convirtiera en ley por 133 votos a 34 el proyecto educativo del Gobierno. En la Cámara baja, el oficialismo tuvo que realizar un mayor esfuerzo que en el Senado para aprobar la nueva ley de Educación que extiende la obligatoriedad de la escolaridad a 13 años, al estudio de un idioma extranjero y de una materia dedicada a la informática o la comunicación; reestablece la unificación del sistema de educación nacional bajo la metodología de escuela primaria y secundaria; avanzará progresivamente en jornadas extendidas o completas en el nivel inicial, y tiene como meta en el 2010 destinar el 6 por ciento del PBI al presupuesto educativo. La oposición centró sus críticas en la falta de debate y de inversión en el sistema educativo que “sostienen mayoritariamente las provincias”.
El oficialismo logró la adhesión del Peronismo Federal y la de los socialistas y otros bloques menores a pesar de las disidencias, mientras que el Justicialismo Nacional lo respaldó en general, aunque anticipó que votaría en contra algunos de los artículos. Enfrente estuvieron parte de la UCR, el PRO y el ARI. La fuerza de Elisa Carrió anunció que votaría en contra de la ley pero que apoyará muchos de sus 144 artículos.
En el recinto tampoco faltaron coincidencias entre oficialistas y opositores. Hubo casi unanimidad en “anular rápidamente la fracasada Ley Federal de Educación”, impulsada y sancionada en la década menemista. El oficialismo fundamentó el aval al proyecto enumerando una larga lista “de mejoras al sistema educativo” y se explayó sobre cada uno de ellos. El ministro de Educación, Daniel Filmus, y un importante número de asesores siguieron de desgastante debate y aportaban argumentos para contrarrestar a quienes criticaban distintos aspectos de la Ley.
El apuro del oficialismo por convertir en Ley el proyecto del Gobierno se reflejó en el recinto. La sesión –que pasó a cuarto intermedio ayer a las 2 de la madrugada– se reanudó pocos minutos antes del mediodía. La kirchnerista Blanca Osuna, la radical Olinda Montenegro y la arista Marta Maffei hablaron para apenas 50 diputados. El quórum recién se alcanzó cuando el reloj del tablero electrónico del recinto marcaba las tres de la tarde.
Osuna defendió “el debate social” que atravesó la ley antes de llegar al recinto con distintos actores de la comunidad educativa e izó el proyecto como bandera y logro del Gobierno. “¿Qué debate? No existió tal debate”, se preguntó y contestó Montenegro para responderle al oficialismo. La radical chaqueña calificó al Consejo Federal de Educación como el instrumento “que repite el avasallamiento de las autonomías provinciales”. Sus compañeros de bancada, Lucía Garín y Víctor Zimermann, se quejaron de que el Gobierno obliga a las provincias “que solventan el grueso del presupuesto educativo” a aumentar la inversión en Educación, que le impide la ley de Responsabilidad Fiscal, que limita los gastos de las provincias. Maffei se lamentó de “no haber alcanzado el consenso en un proyecto para la educación” y responsabilizó al oficialismo de haber incorporado 40 artículos de la propuesta del ARI al proyecto “al mismo tiempo que se negó a discutir otras”. La ex dirigente de Ctera reclamó establecer la obligatoriedad de toda la etapa preescolar y garantizar los recursos “porque en 2011 no sabemos como vamos a llegar al 6 por ciento” del PBI, que el proyecto prevé destinar a la educación.
En las bandejas superiores seguían el debate representantes sindicales de gremios docentes como Hugo Yasky (CTA) y la ex dirigente Mary Sánchez. En el recinto, el lavagnista Jorge Sarghini vociferaba que “la ley de financiamiento educativo no es viable, porque se da de narices con la ley de responsabilidad fiscal”. Claudio Lozano se ganaba el aplauso de los docentes anunciando que votaría la ley “porque es un punto de partida”. El socialista Binner coincidía casi con los mismos argumentos.
Elisa Carrió volvió a hablar en el recinto. En su discurso cuestionó “la falta de perspectivas” de la ley frente a la globalización. Rescató su propuesta del diálogo interreligioso para también reclamar la falta de precisión de la cuestión de “laicidad” del sistema educativo.
La oficialista Juliana Marino fue la encargada de responderle. “Carrió habló de amar a los musulmanes, judíos y ya no me acuerdo a quienes más. Creo que ya es hora de que empiecen a amar a los peronistas que hemos hecho mucho”, cargó Marino, que luego reprochó a la UCR con una pregunta: “¿Qué han hecho los radicales por la educación, que reclaman tanto?”. En el ARI, Eduardo Macaluse, se encargó de responder. “Muchos de los que apoyaron la Ley Federal, las privatizaciones y un sistema de entrega e injusto en la época menemista están hoy en acá en sus bancas y otros tienen despacho en la Casa Rosada”, lanzó.
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