Miércoles, 24 de enero de 2007 | Hoy
En otro día marcado por la violencia, decenas de personas murieron en distintos ataques con coches bomba y fue derribado el segundo helicóptero norteamericano en una semana. El de ayer era conducido por agentes de seguridad privada. Detuvieron a 600 chiítas.
Medios de prensa estadounidenses indicaron que al menos cinco civiles murieron ayer en Irak al ser derribado un helicóptero de la firma norteamericana BlackWater en un barrio predominantemente sunnita de Bagdad. El incidente tuvo lugar tres días después de que un helicóptero militar estadounidense Black Hawk se estrellase en el nordeste de Bagdad y muriesen 12 soldados norteamericanos. Por su parte, la cadena de televisión norteamericana CNN también informó que según funcionarios estadounidenses no identificados, el helicóptero Black Hawk probablemente fue derribado por un misil disparado desde una lanzadera portátil.
Con respecto al derribo de ayer, un comunicado militar estadounidense indicó que “no se ha informado del derribo de una nave aérea de las fuerzas de coalición... Las fuerzas de la coalición investigan lo que parece haber sido la caída de una aeronave civil”.
Otras fuentes atribuyeron a un oficial estadounidense la versión de que el helicóptero pertenecía a BlackWater USA, una empresa con sede en el estado de Virginia, que emplea y provee civiles entrenados para combates que trabajan como vigilantes y guardaespaldas en Irak y otras áreas en conflicto. En Irak hay decenas de miles de estos civiles que cumplen funciones de seguridad y participan en los combates. Según otras fuentes, que citan a un funcionario iraquí, un insurgente con una ametralladora derribó el helicóptero sobre el barrio de Fadhil, en la zona norte central de Bagdad mientras se producían combates entre insurgentes y las fuerzas de EE.UU. y del gobierno de Irak.
Por otra parte, el diario francés Le Monde informó que en el día de ayer catorce personas murieron y más de 50 resultaron heridas durante diversos combates en Irak. La ciudad de Mosul, a 370 kilómetros de Bagdad, estuvo marcada por la violencia y los fuertes enfrentamientos armados, especialmente entre las comunidades kurda y árabe sunnita. En esta ciudad, cinco policías murieron y tres resultaron heridos en el curso de unos enfrentamientos contra milicias armadas. Asimismo, un hombre que conducía un vehículo se inmoló contra la sede del Partido Democrático del Kurdistán en el centro de Mosul, hiriendo a seis personas. En la región de Kirkouk, a 225 kilómetros al nordeste de Bagdad, tres personas murieron durante un ataque llevado a cabo por un grupo de hombres armados, según informó la policía local iraquí. Un coche bomba estalló en el barrio de Karrad, en el centro de Bagdad, causando la muerte de dos personas e hiriendo a cinco más. Otro coche bomba estalló en el barrio industrial de Cheikh Omar, provocando la muerte de una persona y dejando cuatro heridos. Un tercer coche bomba estalló en Sadriyah, en el centro de la capital, matando a una persona e hiriendo a once.
Por su parte, las fuerzas de seguridad iraquíes y la Fuerza Multinacional anunciaron ayer la detención de más de 600 milicianos y 16 dirigentes del Ejército del Mahdi, que obedece al jefe radical chiíta Moqtada al Sadr. El ejército norteamericano afirmó ayer en un comunicado que estos milicianos serán juzgados por el gobierno iraquí. Estos arrestos tuvieron lugar en los últimos 45 días, durante los ataques que el ejército iraquí lanzó contra el Ejército del Mahdi. En el mismo período, 42 incursiones tuvieron como objetivo a extremistas sunnitas, según dicho comunicado. Este cambio de tendencia, que prioriza el desmantelamiento de las milicias chiítas, consideradas responsables de la mayoría de las violencias confesionales, estaba anunciado en el informe trimestral del Pentágono publicado en diciembre de 2006.
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