Martes, 6 de febrero de 2007 | Hoy
EL MUNDO › LA CASA BLANCA PIDE MAS FONDOS PARA FINANCIAR LA GUERRA
El presupuesto que presentó ayer indica un gasto militar de 716 mil millones de dólares y un fuerte recorte a los programas sociales.
Por Sandro Pozzi *
Desde Nueva York
El proyecto de presupuesto presentado ayer por el presidente de EE.UU., George W. Bush, para el ejercicio fiscal 2008 tiene un objetivo principal: alcanzar el equilibrio fiscal en cinco años sin tener que elevar los impuestos. La Casa Blanca pide al Congreso que le autorice a movilizar un total de 2,9 billones de dólares para gastar durante el próximo año, lo que representa un incremento del 4,9 por ciento respecto al ejercicio fiscal 2007. El plan de Bush contempla un aumento del gasto en defensa y energía, y drásticos recortes en programas sociales destinados a los pobres y jubilados. El presupuesto de Defensa será de 716.500 millones de dólares y cerca de un tercio estará destinado a financiar las guerras en Irak y Afganistán.
El ejercicio fiscal 2008 arranca el próximo 1º de octubre en EE.UU. El proyecto presupuestario se apoya en un crecimiento económico del 3 por ciento del PIB, una tasa de desempleo del 4,6 por ciento y unas tasas a 10 años estables en alrededor del 5 por ciento. La Casa Blanca deberá negociar ahora los detalles del proyecto con el Congreso, dominado por primera vez bajo la presidencia de Bush por el Partido Demócrata. Los liberales exigen desde hace años a la Casa Blanca que haga lo posible para rebajar el abultado déficit, que en el ejercicio 2006 alcanzó los 247.700 millones, el 1,9 por ciento del PBI.
El desequilibrio fiscal es, junto al déficit exterior y el enfriamiento en el mercado inmobiliario, uno de los puntos oscuros que más preocupan fuera de Estados Unidos y que están afectando negativamente el valor del billete verde. Bush prometió durante la campaña presidencial de 2004 que rebajaría el déficit a la mitad para 2009, un objetivo que cumplió tres años antes de lo previsto, después de reducir los números rojos un 22,3 por ciento en 2006. La proyección de déficit para 2007 se prevé que baje a los 244 mil millones y a los 239 mil millones en 2008.
A medio plazo, la Casa Blanca confía en reducir el equilibrio fiscal hasta los 187 mil millones en 2009 y hasta los 94 mil millones para 2010. Es más, la Casa Blanca cree que es posible salir de números rojos para 2012, por primera vez en 11 años, ejercicio para el que se prevé un superávit de 61 mil millones. Esto será posible en gran parte a una drástica caída del gasto militar en Irak a partir de 2009, cuando esté instalado el sucesor de Bush.
El equipo económico presidencial confía además en que se produzca un incremento de los ingresos gracias a la buena marcha de la economía y quiere cortar el gasto en 95.900 millones durante los próximos cinco años. El grueso de los ahorros afectará a los programas de salud Medicare –jubilados y discapacitados– y Medicaid –beneficencias– y por la reforma del régimen de la seguridad social –pensiones–. Bush busca eliminar o reducir la financiación en un total de 141 programas sociales, algunos de ellos ya propuestos en el presupuesto de 2007 y que fueron rechazados por el Congreso.
En paralelo, el plan incluye una iniciativa con deducciones para ampliar la cobertura a familias que no tienen seguro médico, incentivos al uso de nuevas fuentes energéticas e incrementa las becas universitarias. También crece el gasto en el ámbito de la Defensa, en un claro reflejo del alto coste de las operaciones militares en Irak y Afganistán. El presupuesto de Defensa se dividirá en tres partes: 481.400 millones de dólares como presupuesto base del Pentágono para 2008; 141.700 millones para la guerra global contra el terrorismo en el mismo año; y 93.400 millones para cubrir los costos adicionales de la guerra en 2007, hasta el 30 de septiembre.
Bush precisó que esta corrección en el déficit fiscal será posible sin tener que subir los impuestos. Y aquí es donde el presidente de Estados Unidos choca frontalmente con la oposición demócrata, que se muestra contraria a hacer permanentes los incentivos fiscales lanzados por la Casa Blanca para sacar a la economía de la última crisis y además temen que una desaceleración en el crecimiento trastrueque los planes. Estos beneficios fiscales expirarán en 2010 si no reciben la luz verde del Congreso, donde se esperan cuatro intensos meses de batalla. Se calcula que este recorte de impuestos tendrá un costo de 1,6 billones durante una década.
El secretario del Tesoro, Henry Paulson, explicó que este presupuesto es “realista” y permite “promover las oportunidades económicas, combatir las amenazas a la seguridad nacional y la economía de Estados Unidos y conseguir un gobierno más efectivo y eficiente”. Es la primera vez que George Bush presenta durante su presidencia un presupuesto ante un Legislativo demócrata, donde ya se ha encontrado con las primeras voces de rechazo. Kent Conrad, presidente del comité presupuestario del Senado, dijo sin embargo que este plan está lleno de “deuda y engaños”. “Está desconectado de la realidad”, remachó.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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