Martes, 6 de febrero de 2007 | Hoy
DEPORTES › MAURIZIO ZAMPARINI, PRESIDENTE DEL PALERMO
Por Eleonora Giovio *
Maurizio Zamparini, empresario nacido en la provincia de Udine hace 65 años, es presidente del Palermo desde 2002. En Italia se lo conoce por su carácter volcánico y porque nunca se queda callado. Si hay que criticar al entrenador en público, lo hace. Si hay que criticar al gobierno, también. Y, según dice, los clubes no tienen medios suficientes para acabar con los barras.
–¿Cree que es apropiada ahora la medida de suspender el campeonato?
–No. Eso no servirá para nada. Lo que necesitamos es detener a los delincuentes y meterlos en la cárcel. Además, tenemos que conseguir que los políticos nos den los suficientes medios para que dentro del estadio los clubes podamos localizar a los violentos, aislarlos e impedir que vuelvan a entrar. Fuera de los canchas hacen falta más fuerzas del orden y más controles.
–¿No cree que los clubes tienen cierta parte de responsabilidad? Todos saben cuáles son los grupos violentos, algunos reciben hasta dinero...
–No creo que sea un problema de los clubes, sino de la sociedad italiana en general. No sólo hay violencia en los estadios, sino también en las manifestaciones políticas. Es que en Italia predomina la cultura de la impunidad. La imagen es muy mala, todos los culpables están en libertad. Así es imposible dar el buen ejemplo. Estamos a la cola de los otros países europeos. Estamos a años luz.
–¿Puede ser más concreto?
–En Italia no existe la cultura de los valores. No existen los valores deportivos. No se le da importancia, no se hace ningún esfuerzo para recuperarlos e implantarlos. Margaret Thatcher consiguió acabar con los hooligans. Nosotros no lo conseguiremos nunca.
–¿Se han reunido alguna vez los presidentes de los clubes para tomar algún tipo de iniciativa concreta?
–Nos reunimos hace tres años y presentamos una propuesta al gobierno similar a las que se tomaron en Inglaterra, en la década de los ’80, para que se hiciera una ley que acabara de una vez por todas con la violencia y los violentos en los estadios. Pero en Italia los políticos son unos cobardes y nunca decidieron adoptar esa propuesta y convertirla en ley.
–¿Les dieron una explicación del porqué?
–Ninguna. Debe ser que los parlamentarios tienen muchas amistades con los grupos de extrema izquierda y de extrema derecha.
–¿Estaba usted el viernes en Catania?
–No, estaba en Austria. Vi las imágenes por televisión y estuve en contacto directo con la policía. Fue tremendo.
–Las primeras investigaciones dicen que el objetivo de los radicales del Catania era atacar a la policía y no a los hinchas del Palermo.
–Sí, me lo han contado. Eso no hace más que reforzar mi idea de que no es un problema de hinchadas, sino de delincuencia.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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