EL MUNDO › EL PRINCIPAL ALIADO DE BUSH DIRA QUE 1500 TROPAS SE REPLIEGAN

Blair anunciará su retirada de Irak

El premier británico anticipó a Bush que hoy comunicará el repliegue parcial de sus soldados. Unos 1500 se irán en las próximas semanas y 3000 en Navidad –de un total de 7100–. Sucede en momentos en que EE.UU. ha enviado refuerzos e implementa un plan de seguridad en Bagdad.

Estados Unidos empezó a perder a su principal –y único– aliado importante en Irak. El primer ministro británico, Tony Blair, anunciará hoy el retiro de entre 1500 soldados en las próximas semanas y otro contingente de 3000 para Navidad. El premier habló ayer con su par estadounidense George Bush y desde la Casa Blanca aseguraron que apoyan la iniciativa –a pesar de que en este mismo momento la estrategia de Washington es exactamente la contraria a la de su aliado europeo–. Con este anuncio, Blair intentará convencer a la Cámara de los Comunes de que la campaña militar en Irak está siendo exitosa y mejorar su imagen, que se vio muy dañada por las secuelas de la guerra.

El retiro de las 7100 tropas que mantiene Londres en Irak era uno de los principales pedidos de la oposición y la mayoría de la sociedad británica. Sin embargo, Blair nunca quiso romper su alianza con la Casa Blanca y sostenía que la presencia británica era indispensable para no perder la estabilidad que la coalición había ganado en el sur iraquí. Hoy, y sin mediar muchas explicaciones, parece que esta presencia no era tan imprescindible. El propio Blair reconoció el domingo pasado en una entrevista con la BBC que la situación en Basora, la principal ciudad del sur, no es igual a Bagdad. Según explicó y seguramente repetirá hoy frente a los Comunes, la retirada es un resultado directo de un megaoperativo de seguridad en el que las fuerzas británicas entrenaron durante cuatro meses a sus pares iraquíes.

Pero Blair se cuidará de dejar entrever cualquier tipo de crítica hacia la nueva estrategia de Bush. No son pocos los que en Londres querrían ver en esta decisión una ruptura con Washington. Sin embargo, el premier y la Casa Blanca se adelantaron a cualquier conjetura. Antes de anunciar la medida ante el Parlamento, Blair habló personalmente con Bush para tener luz verde. No sólo la obtuvo, sino que el portavoz de la Casa Blanca, Gordon Johndroe, la hizo pública. “Lo tomamos como un éxito. Nosotros también queremos ver a nuestras tropas regresar lo antes posible”, sostuvo el funcionario, mientras 21.500 nuevos soldados estadounidenses viajan al Golfo Pérsico para sumarse a los más de 130 mil que ya pelean allí.

El apoyo estadounidense se debe a que Blair no está proponiendo un plan de retirada gradual que incluya a todo el contingente. Para finales de año, el Reino Unido todavía mantendrá casi la mitad de sus tropas. El plan que presentará hoy Blair supone que estos militares comiencen a dejar sus posiciones en las ciudades, como Basora, y se replieguen a las bases de las afueras, operando sólo como refuerzos cuando las fuerzas iraquíes se vean desbordadas por ataques de los insurgentes.

Hasta ayer, 132 soldados británicos fallecieron en Irak. Aunque esta cifra palidece frente a los muertos iraquíes –34.500 sólo el año pasado–, para el gobierno de Blair ha sido un peso que no ha podido mantener, según muestran las encuestas. A tal punto su imagen se vio afectada por la falta de resultados en Irak que su delfín, Gordon Brown, no logra repuntar en los sondeos y sigue 15 puntos por detrás del joven líder conservador David Cameron. Quizá por esto, Blair está intentando dar un giro en su política exterior antes de dejar el cargo el año próximo, como prometió.

Según adelantó el diario británico Finantial Times, el anuncio de hoy es sólo una parte de la estrategia del gobierno para mejorar su imagen antes del final de la administración. El otro gran anuncio está programado para el próximo mes. Blair lanzará su plan para destrabar el proceso de paz en Irlanda del Norte. Su objetivo es que de las elecciones del 7 de marzo salga un gobierno de coalición, que pueda gozar del apoyo de Londres.

Más allá del juego político interno que está por detrás de esta retirada, lo cierto es que es la primera vez que el más leal aliado de Bush reduce su presencia militar en Irak. Desde 2003, Blair había rechazado tajantemente cualquier repliegue, sin importar las críticas, ni las pruebas que demostraban que había sido una invasión injustificada. La alianza Blair-Bush no se ha roto, pero no hay dudas de que algo ha cambiado.

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Blair intentará convencer de que la campaña militar en Irak está siendo exitosa.
 
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