Martes, 13 de marzo de 2007 | Hoy
EL MUNDO › RELATO DE UN PERIODISTA DE LA CNN
Por Yolanda Monge *
Desde Washington
La pesadilla comenzó cuando tenía 14 años y duró tres. Guardó silencio durante dos décadas y finalmente un día reunió la fuerza suficiente para salir de la cárcel en la que vivía encerrado y denunciar a su verdugo. Ahora, con 34 años, el periodista y presentador de la cadena de televisión CNN Thomas Roberts cuenta en primera persona los abusos sexuales a los que fue sometido por un cura católico en 1986.
“Ahora que se ha hecho justicia estoy preparado para contar mi historia”, relata Roberts frente a la cámara para el programa de Anderson Cooper titulado Los pecados del Padre. “Mi verdugo era el padre Jeff Toohey, un hombre de Dios. Era una celebridad en el instituto para chicos católicos en Baltimore. El padre Jeff era el mentor y amigo de todos los chicos. Yo no fui una excepción y lo consideré mi amigo.”
El relato incluye detalles gráficos y es una impactante historia televisiva que no deja indiferente a nadie. Roberts sitúa el inicio de su infierno en el divorcio de sus padres. Buscó apoyó emocional y creyó encontrarlo en el padre Jeff y el colegio católico al que fue enviado. Pero un mes después de comenzar las clases, los abusos se hicieron sistemáticos. “Me sentía atrapado. Sabía que mis padres se sentirían horrorizados si sabían que su hijo había caído en manos de un pederasta como consecuencia de su divorcio y que el abusador era el amado y respetado padre Jeff.”
Y decidió callar. Aunque antes intentó quitarse la vida tragándose todas las pastillas que pudo encontrar. Lo salvó su hermana cuando ya yacía dormido. Pero siguió guardando silencio. Calló incluso cuando ya en la universidad otro joven, Michael Goles, denunció al mismo cura. Roberts confiesa que primó en él un sentimiento de autoprotección y fue incapaz de sumarse a la denuncia de su compañero. Nadie creyó a Goles y los cargos fueron desestimados.
Cerca de veinte años después de que comenzaran los abusos, Roberts abrió su pecho y contó su calvario a su familia, además de denunciar al sacerdote. “Y fui lo suficientemente fuerte como para llamar a Michael Goles y decirle: ‘Lo siento, te creo porque también me ha pasado a mí’”, relata Roberts en el programa emitido el lunes por la noche. El padre Jeff fue declarado culpable de diez cargos de abuso sexual de menores. Fue sentenciado a cinco años de cárcel en 2005, aunque sólo pasó diez meses recluido.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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