Cuba y España entraron en una nueva era. Así lo anunciaron el presidente interino de la isla, Raúl Castro, y el canciller español, Miguel Angel Moratinos, después de acordar renovar la cooperación económica y avanzar en el diálogo sobre derechos humanos. El hermano menor de Fidel Castro, que sigue recluido recuperándose de una operación intestinal, recibió ayer al enviado de Madrid en el Palacio de la Revolución para cerrar una visita de dos días que marcó el principio de la reconciliación entre los dos países, que se habían distanciado durante el gobierno conservador de José María Aznar.

“El principal resultado de esta visita simbólica es el encauzamiento de las relaciones bilaterales por un camino de diálogo maduro, respetuoso y amplio. Otra vez el gobierno español es un interlocutor privilegiado de Cuba en la Unión Europea (UE)”, aseguró el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, quien se había reunido con Moratinos el lunes. Pero la reunión no fue solamente simbólica. Castro y el canciller español acordaron reanudar la cooperación económica, que Fidel había suspendido con toda la UE hace cuatro años, luego de que el bloque europeo impusiera sanciones a la isla en represalia por el arresto de 75 anticastristas. Moratinos precisó que en septiembre próximo se reunirán comisiones mixtas para darle contenido a esa ayuda económica, que antes de 2003 era de alrededor de tres millones de dólares.

Los dos gobiernos también convinieron empezar a conversar sobre una renegociación de la deuda bilateral, estimada en unos 1400 millones de dólares, sobre el restablecimiento del centro cultural español que funcionaba en La Habana y la posibilidad de firmar en el corto plazo un acuerdo para promover inversiones en la isla.

En el tema de derechos humanos, los acuerdos fueron menos precisos. La idea es crear comisiones mixtas en mayo próximo para empezar a discutir la defensa de los derechos humanos. “Será un diálogo bilateral y recíproco que no está encaminado al examen de la situación interna de ninguno de los dos países, sino a la promoción de la cooperación con apertura, con franqueza. No hay temas prohibidos, tabúes”, señaló Pérez Roque. El canciller, en cambio, fue muy claro al asegurar que en ningún momento se discutió sobre los opositores del régimen castrista, unos 280, que actualmente se encuentran en las cárceles de la isla. Esta era una de las demandas del ex presidente Aznar y de su partido y de los grupos disidentes cubanos con los que se reunió Moratinos en esta visita.