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La organización independentista vasca ETA regresó con su táctica de verano de ataques en puntos turísticos de la costa mediterránea: ayer un llamado anónimo anticipó el desalojo de dos zonas blanco, una hamburguesería en la población de Torrevieja, donde efectivamente estalló la bomba a la hora señalada, pero no provocó víctimas; mientras que la policía iba tras la pista de otro explosivo en la vecina playa de Santa Pola en Alicante. Estas acciones se sucedieron a una explosión el domingo, también en Santa Pola, que dejó dos muertos, entre ellos una nena de seis años, y tras el cual el gobierno español de José María Aznar anunció la ilegalización de Batasuna, el brazo político de la ETA.
Al mediodía de ayer un informante anónimo llamó al periódico vasco Gara en nombre de ETA y anunció que la organización había colocado dos bombas en Santa Pola y Torrevieja, que harían explosión a las 14.00 horas locales. El hablante dijo que una de las bombas estaba enterrada en la gran playa de Santa Pola, junto a la discoteca Elcano, mientras que la otra había sido colocada en los servicios de una hamburguesería de Torrevieja. El explosivo de cuatro kilos instalado en el cielo raso del local Queen Burger estalló efectivamente a la hora predicha; poco después de que fuera desalojado y tras lo cual quedó prácticamente destruido. Entonces la policía desalojó la playa de Santa Pola y continuó trabajando hasta la noche para hallar el explosivo.