El mapa de la represión de la dictadura chilena fue develado ayer. Según un catastro realizado por el gobierno de Michelle Bachelet, más de mil inmuebles fueron utilizados durante los años de Augusto Pinochet como lugares clandestinos de detención y tortura. De ellos más, de 500 son edificios fiscales, como comisarías, cuarteles militares y el famoso Estadio Nacional de Santiago, hoy rebautizado en honor de uno de los hombres que murió allí, el cantante Víctor Jara.

Desde ayer todos los chilenos podrán acceder al mapa en la página web del Ministerio de Bienes Nacionales (www.bienes.cl). El objetivo, según explicó la ministra Romy Schmidt, no es estigmatizar los edificios. “Nos anima el propósito de contribuir a que los ciudadanos recordemos siempre que la democracia es preciso cuidarla y fortalecerla, y entregar un legado a las nuevas generaciones”, señaló. El proyecto, que contó con aportes de todos los organismos del gobierno vinculados con la defensa de los derechos humanos, es parte de una campaña iniciada durante la administración de Ricardo Lagos para complementar la búsqueda de la verdad con la construcción de una memoria social, a través de informes, monumentos, plazas y libros.

Más de 10 mil personas fueron víctimas de la represión desatada por Pinochet en 1973. En total, 3600 murieron y cerca de 1800 todavía siguen desaparecidas. Según el informe del gobierno, se utilizaron hasta 1132 inmuebles, que ya habían sido mencionados en los testimonios recogidos por la Comisión Valech en 1993. Detenciones ilegales, secuestros, violaciones, torturas y ejecuciones son los crímenes que se cuentan desde ese 11 de septiembre hasta principios de la década de los noventa.

El catastro permitió identificar claramente –con foto, mapa y dirección– los lugares a los que durante años se refirieron vagamente las víctimas del terrorismo de Estado. Esa clasificación no es sólo una formalidad. Muchas de las comisarías, cárceles y cuarteles que aparecen señalados en el informe gubernamental todavía funcionan como tales. El llamado mapa de la represión también significó un reconocimiento formal de parte del Estado chileno de todos los lugares clandestinos en donde se violaron los derechos humanos durante los años de la dictadura.

Según la investigación del Ministerio de Bienes Nacionales, los inmuebles fiscales utilizados como centros clandestinos se concentraron en tres regiones. Mientras en la región metropolitana de Santiago se registraron 62 inmuebles, en Bio Bio, al sur de la capital, y Valparaíso hubo 82 y 72, respectivamente. Además, más del 50 por ciento pertenece a los Carabineros, mientras que sólo el 10 por ciento eran predios del Ejército y otro tanto de Gendarmería. Los recintos de la Armada y la Fuerza Aérea sólo aparecen marginalmente.

Para Cristian Cruz, miembro del Programa de Derechos Humanos, la importancia del informe es el aporte que hace a la memoria colectiva. “Es nuestra historia, nuestro dolor. Nuestra sociedad está compuesta por sus alegrías pero también por sus tragedias”, señaló a este diario. El abogado de derechos humanos también destacó que ahora los organismos y las instituciones responsables de los recintos señalados en el catastros deben responder ante los chilenos. “Debe haber un compromiso claro de nunca más. El pedir perdón es un acto digno, pero necesitamos estar seguros. Nos merecemos que los organismos y las instituciones que otrora fueron responsables de los crímenes nos den esa garantía”, afirmó.

En el plano práctico, el catastro es el primer paso para reactivar el proyecto del gobierno de Bachelet para crear un recorrido de la memoria. La iniciativa, que también nació en el Ministerio de Bienes Nacionales, busca destacar los lugares más emblemáticos de la represión ilegal.