El gobernante Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), del ex presidente Vicente Fox, se repartieron ayer los triunfos de las elecciones de diputados y gobernador en Oaxaca y Baja California, respectivamente, donde retuvieron sus posiciones. En el estado oaxaqueño (sur), el abstencionismo fue elevado y la asamblea popular de los pueblos de Oaxaca (APPO) volvió a exigir la renuncia de su gobernador Ulises Ruiz Ortiz, del PRI.

Según el programa de resultados preliminares del Instituto Electoral de Oaxaca, luego de contarse los votos de 4242 de los 4558 centros de votación, el PRI y su aliado, el Partido Verde, llevaban una amplia ventaja para ganar los 25 escaños por voto directo del Congreso, que cuenta con 42 asientos. Los restantes 17 escaños serán repartidos entre los partidos conforme al número de votos recibidos en unos comicios que registraron un fuerte abstencionismo de entre 65 y 77 por ciento, por lo que solamente votaron tres de cada 10 habitantes de ese estado sureño.

Con estos resultados, los opositores Partido de la Revolución Democrática (PRD), de centroizquierda, y el conservador PAN fracasaron en su intento de arrebatarle la mayoría legislativa al PRI, que actualmente controla el Congreso. La victoria del PRI se produce pese a que en los comicios generales de 2006 sufrió una debacle electoral ante el PRD. En tanto, la oposición busca desde hace un año iniciar un juicio político contra el gobernador priísta Ruiz, quien es acusado de represión y corrupción por el sindicato de maestros y la APPO, que el año pasado protagonizaron una serie de protestas con tintes de rebelión en la que fueron asesinados trece pobladores por las fuerzas de seguridad. En medio de las elecciones, 200 manifestantes de la APPO marcharon ayer al Zócalo de la ciudad para que se fuera Ruiz, para pedir la libertad de sus compañeros presos desde mediados de julio y el voto castigo al PRI y PAN, informó el diario mexicano Crónica.

Por otra parte, en Baja California (noroeste), estado fronterizo con Estados Unidos y donde el PAN logró en 1989 asestar su primera gran derrota electoral al ex hegemónico PRI, el candidato oficialista José Osuna obtenía una cómoda ventaja de siete puntos tras el recuento de 88 por ciento de los votos en la elección para gobernador. El rival a vencer en esta elección fue el ex alcalde de Tijuana Jorge Hank, un polémico y acaudalado empresario del PRI conocido por su afición a los animales exóticos y mujeres hermosas, que ha sido ligado sin pruebas contundentes al narcotráfico y al asesinato de un periodista. Pese a que las encuestas daban antes de los comicios un empate técnico, los primeros resultados colocaban a Osuna con 50 por ciento de los votos, contra 43 por ciento de Hank.