Con nervios y alegría, Clara González, la madre de una de las secuestradas por las FARC anunció ayer que la liberación de su hija se aproximaba. “Es inminente”, anticipó la mujer en un clima lleno de expectativas para los familiares de los rehenes que ven como un primer paso importante la libertad de un grupo inicial de rehenes cautivos por la guerrilla colombiana. Aunque la entrega de los tres rehenes no se produjo durante la Navidad, la madre de Clara Rojas consideró la posibilidad de que tanto su hija como los otros secuestrados ya hayan sido liberados.

La guerrilla de las FARC prometió liberarlos, aseguró ayer en Bogotá González a una radioemisora local. “Estoy muy contenta. Parece que se está aproximando el momento, según entiendo, por la información de que el presidente Chávez anunció una rueda de prensa en donde iría a mencionar cuál será el proceso para la entrega de los liberados”, añadió González a la privada Radio Caracol. “Con ese anuncio esperamos que así sea mañana (por hoy) o pasado mañana (por mañana), o por lo menos ya estamos cerca y estoy ansiosa y supremamente feliz”, dijo la madre de la ex candidata a vicepresidenta de la política colombiano-francesa Ingrid Betancourt, secuestrada junto con ella el 23 de febrero de 2002.

Asimismo, González, de 77 años, no descartó la posibilidad de que su hija, su nieto Emmanuel que nació en cautiverio y la ex congresista Consuelo González ya hayan sido liberados y que se encuentren en manos de autoridades venezolanas. “En algún momento escuché esa información. Eso es parte del proceso que me imagino que cuando eso se da o se ha dado y qué bueno que sea así, aun cuando nosotros estamos preparados también para cualquier eventualidad, cualquier asistencia médica que mi hija pueda necesitar”, concluyó.

La guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunció hace una semana que liberarían a los tres rehenes al presidente venezolano Hugo Chávez, o a quien éste designe, en una medida unilateral y desafiante contra el gobierno de Alvaro Uribe, luego de que el mandatario colombiano suspendiera la mediación que venía llevando adelante su homólogo venezolano. Pese a tener el apoyo de la comunidad internacional y de los familiares de rehenes, Bogotá desplazó a Chávez y desde entonces mantuvo contactos sólo con Francia, Argentina y Brasil.