Viernes, 2 de enero de 2009 | Hoy
EL MUNDO › VIOLENCIA, EDUCACIóN Y MORTALIDAD INFANTIL EN CUBA, COMPARADOS CON SUS VECINOS
Los éxitos de la Revolución Cubana implican un fuerte esfuerzo de la economía y resulta cada vez más difícil mantener las gratuidades si no aumentan los ingresos y la productividad. Un dilema de hierro para Raúl Castro.
Por Mercedes López San Miguel
Es sabido que Cuba se destaca por haber alcanzado un notable presente en cuanto a desarrollo humano, que se traduce en bajo nivel de analfabetismo, mortalidad infantil y asesinatos cada cien mil habitantes. Sería bueno desmenuzar algunas cifras comparativas con sus vecinos geográficos, por ejemplo, Guatemala, El Salvador y República Dominicana.
- Analfabetismo. Según la Organización Educacional Científica y Cultural de la ONU (Unesco), Cuba ha sido declarada libre de analfabetismo. Un 98 por ciento de los cubanos mayores de 15 años sabe leer y escribir, porcentaje que alcanza el 100 por ciento en la población entre 15 y 24 años. En 1959, el año que triunfó la revolución socialista, el porcentaje de analfabetos era del 23 por ciento. En Guatemala, el índice de analfabetismo trepa al 19 por ciento, en El Salvador es del 10 por ciento y en República Dominicana del 8 por ciento, según un último informe publicado por la Unesco.
- Mortalidad infantil. Cuba cuenta con apenas 5 muertos por cada mil recién nacidos, según arroja la estadística de Unicef, OMS. En contraste, en Guatemala mueren 31, en El Salvador 22 y en República Dominicana 25. Esta tendencia crece y también se mantiene alta y preocupante incluso en países que han alcanzado mayor desarrollo institucional como México (29) y Brasil (19).
- Homicidios. Cuba ocupa uno de los índices más bajos de América latina, con 6 asesinatos por cada cien mil habitantes, lo que alcanza 7,7 en el caso de los jóvenes, de acuerdo al informe de la Red de Información Tecnológica Latinoamericana (Ritla), que tomó cifras de la OMS. Esta institución de estudios privada con sede en Brasilia concluye en su informe que “la probabilidad de que un joven latinoamericano sea víctima de un homicidio es 30 veces mayor que la de un joven europeo”. El índice en Guatemala es de 28,5 homicidios cada cien mil habitantes y, en caso de los jóvenes, el 55,4. En El Salvador la misma cifra crece a 48,8 en general y 92,3 en jóvenes. Y en cuanto a República Dominicana, el índice es del 9 por 100.000, y en los jóvenes 5,6 (el informe matiza dificultades en las estadísticas públicas dominicanas).
Cuba logró estos avances pese a los duros embates de Estados Unidos y su prolongado embargo; también tras la caída de la Unión Soviética, entre 1989 y 1991, y el consiguiente cese de la asistencia a la economía de la isla. La enseñanza pública y gratuita y los hospitales sufren este escenario desde fines del siglo XX. Actualmente, Venezuela suministra el oxígeno petrolero que Cuba perdió con el colapso soviético y reemplaza de alguna manera la asistencia perdida. Al mismo tiempo, surge el gran interrogante acerca del futuro de estos estándares sociales. Luiz Alberto Moniz Bandeira, autor de De Martí a Fidel. La revolución cubana en América Latina (Ed. Norma), afirma a Página/12 que La Habana debe aumentar su productividad para mantenerlos. “El presidente Raúl Castro es consciente de que Cuba necesita producir más e incrementar los ingresos al presupuesto, pues los gastos crecen todos los años, y las gratuidades, para mantener incluso los niveles actuales, deben limitarse estrictamente a asegurar a todos los ciudadanos la educación, la salud y la seguridad y asistencia social. Y agrega: “Sin aumentar la productividad es difícil mantener un Estado de bienestar social y se tendrán que recortar los subsidios otorgados por el gobierno a diversas actividades”.
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