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Fundadora de la organización Católicas por el Derecho a Decidir en Córdoba, Marta Alamís festejó la iniciativa de Barack Obama: “El primer día que Bush asumió instauró la ‘Ley Mordaza Global’. Es muy significativo que en su primer día de presidencia Obama la derogara”, expresó en diálogo con Página/12. Alamís es católica hasta en el más mínimo detalle, pero comulga su religión críticamente: militó en organizaciones de base, debió exiliarse durante la última dictadura y, en la Revolución Sandinista nicaragüense, se formó como educadora popular.

–¿Qué significó para las organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres la Ley Mordaza Global?

–En general, la ley impidió que las mujeres pudiesen hablar o trabajar sobre el tema de planificación familiar o aborto. Pero, en particular, para las organizaciones que recibían fondos de la USAID retrasó fuertemente cualquier tipo de iniciativa para ayudar a las mujeres en situación de embarazo no deseado. Por ejemplo, en Perú, Bolivia o Colombia, las organizaciones de mujeres debieron elegir entre dos alternativas. Hubo algunas entidades que directamente silenciaron el tema, con el objetivo de seguir recibiendo fondos. Otras, por el contrario, no se callaron pero tuvieron que limitarse a trabajar con muy poco dinero.

–¿Cómo se desarrollaba el debate sobre el aborto en esas sociedades?

–Directamente, se disolvió la discusión del tema tanto en la opinión pública como política. Hecho, por otro lado, que retrasó significativamente el derecho de las mujeres en los países que recibían dinero de la USAID. Por ejemplo, hace un tiempo estuve en Perú y en una radio, a la que concedí una entrevista, no me dejaron hablar sobre el aborto o sexualidad.

–Entonces, ¿qué posibilita para las mujeres el veto de Obama?

–En primer lugar, se va a empezar a liberalizar el debate sobre nuestros derechos como mujeres, no sólo en los países que reciben fondos de Estados Unidos, sino también favorece la discusión en Argentina. Espero, además, que esta iniciativa posibilite la discusión entre nuestros senadores y diputados, ya que ciertos acontecimientos trascienden, muchas veces, las fronteras nacionales. Pero, sobre todo, significa un avance para las mujeres norteamericanas y sus derechos conquistados desde 1973.

Entrevista: Mariana Seghezzo.