¿Quién es Carlos Ahumada Kurtz, cuya filiación se completa con este último apellido, de origen alemán? Se trata del mismo empresario al que una famosa banda de rock mexicano, Molotov, menciona en su famosa canción “Amateur”, donde reconoce la fama de la que supo gozar mientras vivió en México: “La Aerolínea en que viajamos era de la Fuerza Armada y el hotel donde quedamos era de Carlos Ahumada”. El empresario se encuentra hoy en aquel país donde formó una familia, robusteció su fortuna como empresario sin reparar en escrúpulo alguno y terminó preso, después de que lo detuviera y lo extraditara el gobierno cubano cuando huía tras la difusión de los videoescándalos. Ahumada viajó hace unos días para promocionar su libro y en Córdoba, la provincia donde controla al club Talleres, se lo reprochan porque el equipo está último en la tabla de los promedios y corre peligro de descenso.

Desde que arribó a Buenos Aires, maneja a control remoto sus intereses desde un penthouse de Barrio Norte. Pero en su provincia natal, un grupo de socios de Talleres no ha detenido sus denuncias por irregularidades contra él. Ahumada suele desafiar a las autoridades judiciales y presume de que puede resolverlo todo con dinero. No obstante, su situación como gerenciador de la institución cordobesa –que está en proceso de quiebra– sigue incierta. Además, eludió un pedido de extradición de México por sus negocios turbios en otro club de ese país, el León, y cuando Interpol lo buscaba en Buenos Aires el año pasado, intentó escaparse en el baúl de un Peugeot 807 conducido por un ex futbolista. Lo descubrieron así, saliendo de su casa, y terminó detenido por unas horas hasta que pagó la fianza.