EL MUNDO › HABLA UN FUNCIONARIO DE ZELAYA REFUGIADO EN LA EMBAJADA ARGENTINA

“Estos tipos son cavernícolas”

Según Armando Sarmiento, los golpistas planearon la toma del poder con mucha anticipación, pero no planearon bien el frente externo. Dice que hay muertos y desaparecidos y detenciones arbitrarias y que el pueblo apoya a Zelaya.

Horas después de que los militares derrocaran al presidente hondureño Manuel Zelaya, la caza de funcionarios se desató por las calles de Tegucigalpa y los arrestos se multiplicaron. Armando Sarmiento, que hasta ese momento era el encargado de recaudar los ingresos públicos, fue detenido e interrogado por un comando. Una vez liberado, no lo dudó y se refugió en la embajada argentina en ese país. Mientras tanto, su mujer, argentina, asesora de la primera dama, sigue refugiada en algún lugar de las montañas. Según le dijo Sarmiento a Página/12 por teléfono, el consenso entre los golpistas ya empezó a disolverse. “Sé que está empezando a haber algunos resquebrajamientos. Hay conversaciones telefónicas, están negociando.” Sin embargo, advirtió: “Estos tipos son cavernícolas. Nadie sabe qué puede pasar”.

–¿Cuál es el nivel actual de represión en Honduras?

–Hay detenciones arbitrarias por todos lados. Es más, en estos momentos hay gente desaparecida, como el candidato presidencial del partido de izquierda, Germán Ham, de Unificación Democrática, de quien no se conoce paradero desde el domingo. Además, desde el interior del país, decenas de micros repletos de campesinos e indígenas están intentando llegar a la capital para mostrar su apoyo al presidente Zelaya y, por lo que sabemos, los puestos militares en las rutas los están tiroteando. Por ahora no tenemos información acerca de la cantidad de muertos, pero supongo que eso solo se sabrá en los próximos días.

–¿Qué apoyo tiene Zelaya entre la población?

–Las posturas en la sociedad hondureña son muy clásicas. La mayoría de las clases medias urbanas y la totalidad de la clase alta odian a Zelaya. Simplemente lo detestan. La base de apoyo del presidente son los sectores populares urbanos y los campesinos, debido a las políticas de redistribución de la riqueza de los últimos años.

–¿La consulta electoral fue el verdadero motivo del golpe?

–La consulta fue solamente un elemento más en una cadena de mitos que la propia elite construyó y se terminó creyendo; si le digo que aquí se habla del robo de niños por parte del Estado, que se hace referencia al comunismo, quizá me entienda mejor con respecto a de qué clase de gente estamos hablando. Estos tipos son del neolítico, son cavernícolas. Pero el golpe no fue improvisado y ejecutado de un día para el otro. Lo planearon con tiempo, y eso pudo verse no solo en la forma en que en pocos minutos habían tomado los puntos estratégicos de la ciudad, sino en la actitud de los principales medios y cómo éstos ya tenían toda una cobertura armada para legitimar a los golpistas de manera inmediata. Desde hace tiempo que se venía diciendo que luego del referéndum Zelaya iba a disolver el Congreso, reformar la Constitución y hacerse reelegir. Puras mentiras. Era solo una consulta y los resultados iban a ser remitidos al Congreso para que éste los evaluara. Ellos iban a tener la última palabra, nunca se previó usurpar esa facultad. Es más, el golpe estaba originalmente planeado para el jueves 25, y eso puede verse en un error muy burdo de parte de los golpistas: la carta falsa de renuncia de Zelaya está fechada ese día. Ni siquiera la cambiaron.

–¿No contaban con un rechazo internacional tan firme?

–Creo que el frente interno estuvo bien planeado, pero que el externo se descuidó. O se supuso mal, creyeron otra cosa.

–¿La Iglesia Católica apoyó el golpe?

–Hay muchos obispos y curas católicos que respaldan la democracia. Ahí la cosa está dividida. Los que sí jugaron a fondo con el golpismo fueron los evangelistas.

–¿Cuál es el nivel de consenso actual entre la clase política y el ejército para seguir sosteniendo el gobierno de facto?

–Sé que está empezando a haber algunos resquebrajamientos hacia el interior de la clase política y ya hay varios que comienzan a pensar en una salida negociada. Hay conversaciones telefónicas, están en eso. Pero no es claro.

–¿Qué cree que pasará cuando el sábado vuelva Zelaya acompañado por Insulza, Cristina Fernández, Rafael Correa y Miguel D’Escoto?

–No lo sé. Como le dije, estos tipos son del Medioevo. Me da un poco de miedo que venga la presidenta argentina, nadie sabe qué puede pasar. Temo una carnicería.

Entrevista: Martín Suaya.

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Pintada en una calle de Tegucigalpa donde un militar hondureño monta guardia.
 
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