El Congreso hondureño recién votará la restitución de Manuel Zelaya después de las elecciones del próximo 29 de noviembre. El titular de facto del Legislativo, José Alfredo Saavedra, rompió ayer el misterio y anunció que convocará la sesión para el 2 de diciembre, tres días después de los comicios. Aún están esperando la opinión de la Corte Suprema y de la Fiscalía Nacional; la Procuraduría Nacional y el Comisionado de Derechos Humanos ya entregaron sus respectivos informes. Saavedra, diputado devenido en presidente del Congreso con el golpe de Estado, se mostró indiferente a la decisión de Zelaya de no aceptar una eventual restitución tan cerca de las elecciones y adelantó que los 128 congresistas debatirán el asunto de todas maneras. “Lo harán en cumplimiento del acuerdo Tegucigalpa-San José”, explicó. Poco le importó que el presidente hondureño derrocado ya hubiera dado por muerto el acuerdo. Ayer Zelaya volvió a descalificar las tácticas dilatorias de los golpistas. “Hicimos muy bien en retirarnos de ese juego sucio de Roberto Micheletti”, se congratuló desde su refugio en la embajada brasileña en Tegucigalpa. Anoche, Zelaya tenía planeado encontrarse otra vez con el número dos del Departamento de Estado para América latina, Craig Kelly. Por tercera vez en un mes, el funcionario llegó a Honduras para intentar destrabar las negociaciones y revivir el moribundo acuerdo de Tegucigalpa-San José.