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El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, recibió ayer a su homólogo uruguayo, José Mujica, con quien celebró una reunión de trabajo y compartió una cena, en las que abordaron una vasta agenda bilateral y regional. El flamante presidente de Uruguay, José Mujica, afirmó ayer en el marco de su visita oficial a Brasilia que Brasil debe ejercer su liderazgo en Sudamérica apoyando económicamente a sus vecinos en el subcontinente.

“El mundo se está organizando en bloques gigantescos y nuestro vocero debe ser Brasil. El problema es que el que invita paga el almuerzo”, expresó Pepe Mujica, al abandonar la Embajada de Uruguay en Brasilia rumbo al Palacio Itamaraty (Cancillería), para mantener una reunión de trabajo con Lula. Ambos mandatarios se fundieron en un cariñoso abrazo en la puerta del salón principal del Palacio Itamaraty, donde Lula esperó a quien define como “un viejo amigo”. Fiel a su informalidad, Mujica no usó corbata, pero sí optó por un elegante traje negro con una camisa blanca de la que sólo llevaba desabrochado un botón.

La agenda se centró en asuntos comerciales y de inversiones mutuas, la integración de las cadenas productivas y el desarrollo de obras de infraestructura en las áreas fronterizas. En ese último apartado, fueron de especial interés la interconexión eléctrica, la integración de las redes ferroviarias, la construcción de un nuevo puente en la frontera y obras necesarias para mejorar la conexión fluvial entre los dos países.

En el plano regional, conversaron sobre el estado del Mercosur, el bloque que Brasil y Uruguay conforman con Argentina y Paraguay, y sobre la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que estos cuatro países forman con las otras ocho naciones de la región.

La reunión entre los mandatarios fue precedida de contactos entre autoridades uruguayas y brasileñas que, según fuentes oficiales, se concentraron en asuntos de comercio e integración.