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Desde Berlín

La canciller alemana Angela Merkel fue interrumpida ayer en el Parlamento de su país cuando exigió a los legisladores que apoyen el proyecto de salvataje de 22.400 millones de euros para Grecia. En un apasionado discurso –que fue frecuentemente sobresaltado por gritos y protestas de los furiosos miembros del Legislativo–, Merkel hizo hasta lo imposible para defender su plan de rescate: “Se trata, nada más y nada menos, que del futuro de Europa y de Alemania”, insistió. “Europa está mirando hacia Grecia hoy, sin nosotros no habrá decisión.”

Mientras los sondeos de opinión evidencian que la mayoría de los alemanes desaprueba el paquete de rescate para Atenas, la canciller criticó a su país y a Europa por responder demasiado tarde a la crisis de la creciente deuda griega. La oposición socialdemócrata se negó a dar su apoyo. Los liberales del Partido Demócrata Libre, que forman la coalición gobernante junto a los conservadores de Merkel, también dejaron entrever sus reservas. Los opositores al euro prometieron llevar el asunto a la Corte constitucional del país. El gobierno alemán ha estado realizando grandes esfuerzos por conquistar con su paquete de rescate a un público desilusionado. Merkel reclutó a los bancos para contrarrestar los costos para los contribuyentes y convocó a revisar el Pacto de Crecimiento y Estabilidad de la UE para evitar repeticiones de la crisis griega.

La primera ministra enfrenta este domingo una elección en Renania del Norte Westfalia, el estado más populoso de Alemania. Si el partido de la canciller pierde el control del Estado, su coalición perderá su mayoría en la Cámara alta del Parlamento y encontrará difícil gobernar.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.