Jueves, 6 de mayo de 2010 | Hoy
EL PAíS › KIRCHNER EN LA UNASUR
Por Martín Piqué
“Ya vas a ver. Vamos a hacer una gran movida.” Néstor Kirchner le comentó por teléfono a un ministro sus primeras impresiones como secretario general de la Unasur. Su interlocutor, un ministro al que conoce desde hace mucho tiempo y con el que compartió todo tipo de momentos en La Plata, lo notó muy entusiasmado. Kirchner le dijo que tenía muchos planes, deslizó que no pensaba transitar el cargo administrativamente, que su idea era dejar una marca importante. No fue la única comunicación que entabló el santacruceño en su segundo día al frente del bloque sudamericano. Ayer mismo, antes de participar del acto en Avellaneda en homenaje a Estela Carlotto, Kirchner se comunicó con un senador del oficialismo con vasta experiencia en temas educativos. El titular del PJ le dijo al legislador que estaba conformando sus equipos técnicos, le pidió que le recomendara especialistas en educación con experiencia y prestigio. El senador se comprometió a hacerlo. Las primeras horas de Kirchner como secretario general de Unasur reflejaron la hiperactividad con que el santacruceño pretende enfrentar su primer desafío en serio, más allá de cumbres y temas puntuales mientras fue presidente, en política internacional.
Quienes conversaron con Kirchner en los últimos días dicen que apuesta a ser reconocido por su gestión en el bloque subcontinental. Para eso deberá cumplir con lo que el presidente de Chile, Sebastián Piñera, planteó en el plenario de la cumbre. Anteayer, en la sala de conferencias del Hotel Sofitel de Los Cardales, Piñera dijo que Unasur debía pensar en “proyectos y no sueños”, porque los proyectos eran más concretos y presuponían metas y un plazo para llevarlas a cabo. Kirchner pareció tomar nota de ese consejo. También estuvo atento a una propuesta que surgió del mandatario ecuatoriano Rafael Correa. Ante periodistas de todo el mundo y acompañado por la presidenta Cristina Fernández, Correa propuso avanzar en la integración en materia educativa. Dijo que había que crear una agencia de acreditación universitaria que permitiera monitorear la calidad académica de las universidades de Sudamérica: así se terminaría la necesidad de revalidar el título cada vez que un graduado se instala en otro país.
Es muy probable que Kirchner tenga en cuenta esta propuesta. Aunque desde ya es de difícil aplicación, un primer esbozo de esta iniciativa ya se está discutiendo a nivel de Mercosur, claro que a otra escala. Para tratar estos y otros temas, el flamante secretario general de Unasur ya cuenta con el asesoramiento del vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina. De perfil académico pero con muchas relaciones políticas, Abal Medina ya venía asesorando a Kirchner desde que el santacruceño asumió su banca como diputado. Siguió con esa tarea cuando el ex presidente reasumió al frente del PJ. En el entorno de Kirchner se descuenta que Abal Medina asumirá la tarea de conducir en el día a día el trabajo de los equipos técnicos que formarán parte de la secretaría general de la Unasur. El espacio físico en el que funcionará la sede porteña del bloque ya está definido. Se trataría de un edificio de varios pisos en el que hasta hace poco funcionó un organismo público dependiente de la cartera de Defensa ubicado en Juncal y Carlos Pellegrini: el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas.
A Kirchner le queda por definir qué hará con la banca de diputado. Debe resolver si renuncia para que asuma Dante Dóvena, un allegado suyo desde tiempos remotos que incluso tiene a su hijo trabajando como secretario del ex presidente, o si simplemente pide licencia. Esa decisión la tomará este fin de semana en El Calafate, el destino que suelen elegir con su esposa para descansar pero sobre todo para meditar alternativas y tomar decisiones que consideran claves para el futuro político del oficialismo.
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