Jueves, 6 de mayo de 2010 | Hoy
EL PAíS › DIPUTADOS DEBATIRá EL IMPUESTO AL CHEQUE
La oposición impuso su mayoría y avaló la media sanción del Senado, que pasó a Asuntos Constitucionales y Presupuesto. También rechazó el decreto de reapertura del canje de deuda.
Por Miguel Jorquera
El clima de convivencia que se generó en el debate sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo –que dividió posturas dentro de los principales bloques parlamentarios– se volvió a quebrar ayer en Diputados. La oposición se reagrupó para imponer su supremacía y habilitar el debate de la polémica media sanción del Senado sobre la coparticipación total del impuesto al cheque. Además, rechazó el decreto presidencial que dio inicio a la reapertura del canje de la deuda pública, a pesar de que la misma fue aprobada por el Congreso y avalada por la UCR, el PRO y el peronismo disidente. El kirchnerismo acusó a la oposición de “emitir una señal política de alta irresponsabilidad” en medio de la negociación con los bonistas y confía que no sucederá lo mismo en la Cámara alta.
El debate sobre la reapertura del canje atravesó desde cuestiones reglamentarias hasta la discusión política de cómo afrontar el pago de la deuda. La oficialista Diana Conti cuestionó el dictamen opositor de la Comisión Bicameral: “No es un DNU ni un veto parcial ni legislación delegada. Es un instrumento de la facultad reglamentaria que tiene el Ejecutivo, otorgada por leyes votadas por este Parlamento, es un decreto de ejecución de la ley (Presupuesto)”.
La líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, le salió al cruce: “Es un decreto de una facultad delegada, que estaban prohibidas antes del ’94”. “Este canje es inconstitucional, ilegal y está sospechado de actos de corrupción”, sostuvo Fernando “Pino” Solanas, del interbloque de Proyecto Sur, que introdujo el decreto en el temario. Claudio Lozano se sumó a las “sospechas” de “tráfico de influencias” de la consultora Arcadia que –según el legislador– participó del asesoramiento del canje y asoció a “funcionarios del Gobierno”. Incluso, el interbloque que lidera Solanas “advirtió”, a través de una carta, a la presidenta de la Comisión de Valores de los Estados Unidos, Mary Shapiro, sobre las “irregularidades e inconstitucionalidad” de la operación.
Felipe Solá criticó al Gobierno y coincidió con el sector de Solanas: dijo que el proceso de canje “está viciado” y que es un “aumento al endeudamiento, donde puede haber fuertes irregularidades y corrupción”.
El macrista Federico Pinedo, que también habían votado a favor de la reapertura del canje de la deuda, tuvo que explicar su posición: “No sé cuáles son las consecuencias de rechazar este decreto. ¿Cómo interpreta el inversor? Tenemos que distinguir entre la República y la señora Presidenta y (Amado) Boudou. Nosotros estamos a favor de la República”, afirmó y pidió autorización para que su bloque pueda abstenerse en la votación. Lo mismo hizo el peronista disidente Marcelo López Arias, sincerando el apoyo que una parte del PJ anti K le dio a la reapertura del canje.
Carlos Heller, de Nuevo Encuentro, defendió el canje de la deuda comparando la actual crisis económica griega con la Argentina de 2001. “El salvataje a Grecia recurre a viejas recetas de ajuste que conocemos. Se plantea recortar sueldos de trabajadores públicos y congelar por tres años de los trabajadores privados. Suben los impuestos directos al consumo, pero nada a los impuestos a las grandes ganancias”, argumentó.
El oficialismo cargó contra la oposición, que “volvió a transformar a la Cámara en una riña de gallos”. “Muchos ni siquiera están convencidos del rechazo, pero no se animaron. Nos llevó una década salir del default de una la deuda que no defolteó este gobierno. La señal política que emitimos hoy es de alta irresponsabilidad”, disparó el jefe del bloque K, Agustín Rossi. La votación le dio la espalda: el oficialismo cosechó 96 votos contra 117 opositores y sólo 12 abstenciones.
El debate sobre la habilitación del tratamiento del impuesto al cheque fue más acotado, pero no menos intenso. El radical Aguad defendió la media sanción del Senado y pidió su giro a las comisiones de Asuntos Constitucionales, que preside la oposición, y a la de Presupuesto.
Aguad fundamentó la postura afirmando que el oficialista Gustavo Marconato argumentó a favor de que no se necesitaba de una “mayoría agravada” cuando “propuso una modificación al impuesto a las Ganancias”. Marconato aseguró que en aquella ocasión se trató la eliminación de “exención que aportaba un monto mayor de los ingresos y que no modificaba su reparto”.
Rossi criticó a los senadores opositores y la postura del vicepresidente Julio Cobos. “No vamos a convalidar el desatino constitucional del Senado”, señaló el jefe de la bancada oficialista y anticipó el después concretado retiro de su bloque de la sesión. La oposición volvió a imponer su supremacía, pero por lo bajo reconocen que no todos coinciden en la postura que adoptaron los senadores. El debate sobre la coparticipación total del impuesto recién comienza en Diputados.
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