EL MUNDO › COMO EL PARO HUNDIO A LA ECONOMIA VENEZOLANA

La estela de la destrucción

Por Juan Jesús Aznarez *
Desde Caracas

La huelga general contra Hugo Chávez entró en su cuarta semana con una estela de destrucción que agravará los siete puntos de derrumbe de la economía venezolana previstos para final de año. “Las pérdidas rondan los 5.000 millones de dólares”, señala Miguel Pérez Abad, presidente de la Pequeña y Mediana Industria (Fedeindustria). La inmovilización del 65 por ciento de Petróleos de Venezuela (PVDSA), que aporta cerca del 80 por ciento de las divisas y más del 50 por ciento de los ingresos fiscales, castigó con una merma de mil millones de dólares y las probables multas contractuales ascienden a 6000 millones.
Navidad. Las empresas concesionarias boquean y las cifras del empresario privado no incluyen el costo de las oportunidades de mercado perdidas, los clientes que dejaron de serlo o los daños a las maquinarias y equipos detenidos. La mayor parte de las refinerías y 12.700 pozos continúan parados. El 80 por ciento de los ingresos petroleros, cercanos a los 50.000 millones de dólares en el año 2000, fueron destinados por a pagar al capital petrolero internacional y a sufragar los pagos corporativos, según cifras oficiales. Los ingresos corrientes de Venezuela para el año 2003 han sido calculados en 20.000 millones de dólares, de los cuales 10.000 son ingresos fiscales petroleros, a 18 dólares el barril. Este mes brincó hasta los 30 dólares.
“Sobran razones para derrocar a cualquier gobierno cuya osadía dejase al descubierto las inmensas cantidades de dinero estafados a la nación y los groseros privilegios acumulados por el movimiento meritócrata” (tecnocracia), señala el experto petrolero Víctor Poleo, en la órbita gubernamental. Los empresarios no petroleros también protestan. “Yo estoy arruinado, pero sigo hasta el final aunque tenga que despedir a los empleados. No aguanto a Chávez”, comenta un ferretero, en una sobremesa de Caracas.
La crisis no amaina y la crispación y el compromiso contra Chávez impelen a Arnold Moreno, presidente de la Cámara Venezolana de Centros Comerciales, a pedir a sus compatriotas que “¡No nos compren; no nos compren!”. Los principales centros comerciales de Caracas, con cinco millones de habitantes, secundan la huelga. La Cámara Venezolana de Centros Comerciales agrupa a más de 260 grandes complejos comerciales en todo el país, con tiendas de ropa, franquicias de comida, cines, artesanías y farmacias. Los establecimientos asociados, el 70 por ciento de los cuales se sumó a la huelga, según los portavoces de las protestas, dejan de facturar diariamente entre seis y siete millones de dólares. “No voy a comprar nada ahorita. No voy a dar regalos a nadie sino en enero, cuando Chávez salga y se levante el paro. Diciembre sin Navidad, enero en libertad”, señalaba una ama de casa opositora.
Los pequeños agricultores y las legiones de vendedores ambulantes que invadieron buena parte de Caracas y otras ciudades hacen su agosto con el cierre del comercio organizado. Son los principales actores de una economía de subsistencia. Venden de todo en las calles y su clientela procede del 80 por ciento nacional en la escasez, en la pobreza o en la miseria, cantera del electorado oficialista. “¡Viva el comandante!, ¡Viva Chávez!”, celebraba un minorista de barrio.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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